"La felicidad de tu vida, depende de la calidad de tus pensamientos"
MARCO AURELIO.
Cuando el ser interior predomina sobre la mente.
En una época remota, en China existió un emperador muy rico y poderoso, que vivía con gran tranquilidad mental y paz espiritual. Un monarca de otra localidad quiso saber el secreto del emperador, por lo que fue a visitarlo al palacio, donde lo interrogó sobre la razón que le permitía llevar una vida tan serena en medio de tanta riqueza.
El sabio emperador le respondió afirmativamente, por lo que lo invitó a dar un paseo por toda el área para que observara de cerca todas sus riquezas, pero con la condición de que debía llevar una vela encendida y si ésta se le apagaba, sería decapitado de inmediato.
El visitante recorrió todo el palacio y cuando llegó donde el emperador, éste le preguntó que si había observado todo lo existente y la gran riqueza que poseía. El visitante le respondió que en verdad no había visto nada, porque sólo estaba atento a que no se le apagara la llama de la vela.
El emperador con mucha serenidad lo miró a los ojos y le dijo, que ese era su secreto, que vivía sin apegos y que no estaba atento a sus riquezas materiales, sino a la espiritualidad de su ser interior.
ENSEÑANZA:
Esto nos ilustra de que es posible tener bienes materiales y riquezas, sin abandonar la virtud, que nos lleva a mirar hacia adentro, hacia nuestro ser y convertirnos en personas más espirituales, al margen de las cuestiones económicas.
El desapego es vital para poder vivir tranquilo y en paz en la vida, disfrutar de todo, sin el afán de una acumulación desmedida. Hay que ser solidario y compartir con nuestros semejantes, sin dejarse llevar hacia el apego mental, ya que esto es la base del sufrimiento.
La mente o el ego nos crea una auto imagen de que lo merecemos todo, de jamás estar satisfecho con lo que nos ofrece la existencia en una circunstancia determinada, llevándonos a siempre querer más y nunca estar feliz con nuestros logros.
Esa identificación con el ego, nos produce un profundo dolor, ya que la alegría y el gozo que disfrutamos con algún logro, de inmediato se convierte en una expectativa de otros deseos. La mente nunca está tranquila por lo que el cuenco nunca se llena, haciéndonos vivir en el tiempo, sea en el pasado o el futuro, sin hacer consciencia que lo único que nos trae paz y quietud, es vivir en el presente, en el ahora.
El emperador tenía riquezas, pero vivía en el ahora, sin apego y sin sufrimiento. Aprendamos a disfrutar como él, la conexión con el ser interior, al margen de que existan o no bienes materiales.