El padre Feliz Santos, director del centro y la administradora Aida García coincidieron en decir que unos 30 ancianos, son acogidos en la institución. Muchos abandonados a la suerte por su familia, otros por solicitud del Ministerio de Salud Pública que vienen de toda la zona y otras localidades del país incluyendo a Santo Domingo, Sánchez, Cabrera, San Francisco de Macorís, Río San Juan, El Factor, Cotuí y Moca.
A cuatro kilómetros de la zona urbana de Nagua, en medio del distrito municipal de Arroyo al Medio está ubicado este centro de acogida. El edificio de dos plantas cuenta con una capilla, cocina, salón de actos, pasillo, baño, ocho habitaciones con siete camas en cada habitación.
Los y las residentes reciben cada día alimentos y cuidados propios de su condicón. La mayoría de ellos muestran dificultades para moverse y otras dolencias propias de la edad avanzada. El día pasa entre siestas, las filtraciones del techo y pocas palabras. Algunos presentan problemas mentales también.
NECESIDADES DE LA TERCERA EDAD
Ambos directivos afirman que las filtraciones están por doquier en la edificación: afectan la cocina, las ocho habitaciones de los ancianos, la capilla, los pasillos. Cuando llueve sufren incomodidades. La construcción del local no ha sido terminada por lo que las condiciones en que opera no son las óptimas para este tipo de población.
Cuando enferman, los residentes deben ser trasladados al hospital público. A pesar de haber un área donde podría habilitarse para que trabajen enfermeras y médicos, solo hace falta que se hagan efectivos los nombramientos.
Mensualmente, el hogar recibe dinero del Ministerio de Salud Pública (41,600 pesos) el Ayuntamiento de Nagua (10,000 pesos), la Senaduría (15,000 pesos). Estas cantidades no alcanzan para cubrir los gastos fijos como son los 12 mil pesos de energía eléctrica, pañales desechables, alimentos, pago del personal que labora, entre otros.
La administradora enfatiza que la situación es difícil. “Hay que vivir lo que en este centro se vive cuando llueve”, comenta García. Aunque clama por la ayuda de diversos estamentos del gobierno y el Estado Dominicano, reconoce que desde su fundación mucha gente e instituciones religiosas y organizaciones llegan con algunas ayudas.
En la última época, cita al diputado José Luis Cosme, quien entregó algunos alimentos. Las iglesias evangélicas y católicas hacen labores de colaboración. Algunos operativos médicos y la escuela de masajes de la licenciada Aldeana Hiraldo. El ex senador Jesús Antonio Vásquez y miembros del Sindicato de Trabajadores de la Prensa.