El derecho a la educación es una herramienta indispensable para el desarrollo humano y el instrumento más efectivo para las personas superarse y salir del círculo de la pobreza.
Luego de la Covid-19 y posterior crisis provocada por esta pandemia, es necesario aunar esfuerzos y repensar políticas públicas efectivas que como país nos permitan hacer frente a los retrocesos derivados de la realidad mundial con miras a seguir avanzando hacia un desarrollo sostenible.
El 25 de septiembre del año 2015, los líderes mundiales establecieron una agenda común de desarrollo, integrada por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con el propósito de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar prosperidad para todos.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible No. 4 (ODS4), establece el compromiso de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad.
Al referirnos a una educación de calidad es importante poner atención a diferentes factores, dentro de los cuales cabe resaltar: una educación inclusiva durante la primera infancia (etapa comprendida desde 1 hasta 5 años de edad), garantizar que los niños puedan leer, escribir y desarrollar un pensamiento lógico, disponer de un personal docente capacitado y motivado, al igual que familias comprometidas en apoyar el aprendizaje de los alumnos, contar con infraestructura y espacios idóneos, así como también la formación de personas jóvenes y adultas que por alguna razón se han quedado rezagados a nivel educativo.
El Día Internacional de la Alfabetización se celebra en todo el mundo precisamente con el objetivo de resaltar cómo se ha mejorado la tasa de alfabetización (cantidad de personas que saben leer y escribir en el territorio nacional) en los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en virtud de las metas establecidas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS4.
Los programas de alfabetización ejecutados a nivel mundial han resultado afectados como consecuencia de la crisis, según datos publicados recientemente por la UNESCO, más de 773 millones de adultos en el mundo no poseen las competencias básicas de lectoescritura y a raíz de la pandemia, es posible que casi 24 millones de estudiantes activos en esos programas de alfabetización nunca regresen a la educación formal, de los cuales, se prevé que 11 millones sean niñas y mujeres.
Este año, el Día Internacional de la Alfabetización se celebrará en todo el mundo bajo el lema “Transformar los espacios de aprendizaje de la alfabetización” y será una oportunidad para resaltar la importancia fundamental de estos espacios para desarrollar la resiliencia y garantizar una educación de calidad para todos y todas.
En nuestro país se han realizado diferentes esfuerzos por superar las barreras del analfabetismo, el más reciente fue nombrado como “Programa de Alfabetización Quisqueya Aprende Contigo”, implementado a partir del año 2012, con el objetivo de superar el analfabetismo en personas de 15 años y más.
Según datos publicados por la Dirección General de Proyectos Estratégicos y Especiales de la Presidencia de la República (PROPPEED), se ha logrado impactar a más de un millón de personas con este programa en todo el país, situándonos con un índice de analfabetismo de un 5.5%.
Sin embargo, persisten grandes desafíos, no solo para incrementar el número de personas que sepan leer y escribir, sino también el de incentivar a que una vez las personas sean alfabetizadas, puedan continuar sus estudios formales, tomando en cuenta que la base de desarrollo de todo país está determinada por la educación de sus ciudadanos, en especial aquellos que tienen menos oportunidades.
*La autora es especialista en Derechos Humanos y Cooperación Internacional