Oh! Mi Río San Juan querido, qué rico en bellezas naturales y qué pobre de agradecimientos. Por qué somos así? Por más que busco respuestas no las encuentro, pues siendo un pueblo tan romántico, por qué olvidamos a nuestros grandes hombres y mujeres.
Hoy inicio esta nueva sección con un pequeño gigante, Hilario Dimas Zapete Mercado (Diablo Zorra).
Nació en Monte Llano, Puerto Plata, República Dominicana, el 12 de agosto del año 1933, hijo de los señores José Zapete y doña Chicha Mercado, quienes vivieron toda una vida en el paraje La Caribe de Río San Juan.
Es un ejemplo a seguir en honradez y responsabilidad, pues como nos cuenta uno de sus grandes amigos, Tato Perozo, Dimas no abandonaba su lugar de trabajo ni con 5 minutos antes de cumplirse su horario, así como cumplía al pie de la letra sus deudas contraídas.
Aún después de tantos años de su muerte, Tato nos hace las anécdotas de Dimas, (que son muchas) con voz entrecortada y nos dice que lo lleva siempre presente, porque son muchas las cosas y momentos por lo que lo recuerda con tanto cariño.
Son muchas las expresiones que Juan Alberto Salas (Papa), su otro gran amigo al igual que Tato usan y que son propias de Dimas. También tuve la suerte y la oportunidad de conocer muy de cerca esta persona, ya que mi casa estaba frente al correo y aunque me mudé a Santo Domingo al final del 1966, constantemente iba a Río San Juan, mayormente en mis vacaciones. Ya pueden entender como llegué a conocer tanto a esta magnífica persona, de la que tengo también muchas anécdotas.
Pero por lo que más lo recuerdo es por su bondad, humildad, responsabilidad, honradez, en fin, era una persona excepcional y aunque nunca pasó de las 100 libras de peso corporal, en otros aspectos tuvo más peso que los más pesados.
Se desempeñó por muchos años como encargado de las oficinas de correos y telecomunicaciones de Río San Juan, manejando El Nacional, que era una red alámbrica que unía todo el país. Por ejemplo Río San Juan-Cabrera, luego Cabrera- Nagua y así sucesivamente. También manejó el sistema de teletipo y lo último que operaba era una grande y potente radio que le llamaban Fonía.
Nos cuenta Tato que en muy pocas oportunidades Dimas tomó vacaciones, pues de las oficinas de correos y telecomunicaciones hizo una gran dependencia de responsabilidad y siempre le aconsejaba que dejara de pensar que esas oficinas eran de su propiedad y que dedicara más tiempo para él.
Aunque son muchas las expresiones de Dimas, creo que la que más usaba era “Hay dos cosas desagradables en la vida, una cerveza caliente y una mujer fría”. Se popularizó también en Río San Juan una expresión de Dimas, lo cual sucedió en un juego de béisbol en Sánchez, lanzando Tato Perozo. Dimas viajó acompañado de Papa Salas, y en Mata Puerco habían comprado una media botella de ron. Al llegar a Sánchez no se habían tomado ni la mitad, sin embargo Dimas le dijo a Tato, “¿pero a dónde será que a uno le cabe tanto romo?”.
Recuerdo también palabra por palabra el encabezado rutinario de los telegramas y me parece escucharlo cada vez que paso por el correo. Decía así: “Coge el uno, partido de las 20 palabras, de las 4 de la tarde del día de hoy, ponle como destino Santo Domingo y en su texto nos dice…….. Firma Diablo Zorra”.
No formó un hogar, pero los que estuvimos cerca de él conocimos un poco de su vida amorosa, pues su discreción era extrema, así tuvo algunos amores, que fueron de lo prohibido a lo imposible, según él los definía.
Si nos enfocamos en la parte jocosa de la vida de este gran ser humano, son muchas las páginas a escribir, pero el objetivo principal de estas humildes palabras de agradecimiento y reconocimiento es despertar en las autoridades de Río San Juan a que inicien a reconocer sus grandes hombres y mujeres. En tal sentido les propongo que dirijan hacia el organismo correspondiente la petición de que las oficinas de correos y telecomunicaciones de Río San Juan, lleven el nombre: HILARIO DIMAS ZAPETE MERCADO, para darle la merecida inmortalidad.
Murió en el año 1978. Hace ya 30 años, lo que parece mentira, pues todo el que lo conoció lo lleva fresco en su mente.
DIABLO ZORRA, aún con tal pseudónimo, pues ni fuiste diablo ni fuiste zorra, sabemos que Dios te tiene en un merecido buen lugar.