Ante acontecimientos de la actualidad política me vino a la memoria una conversación que en el 2004 sostuvimos mi esposa Isabel y el actual Presidente de la República Dominicana, Danilo Medina Sánchez, en la cual nos estableció dos criterios que jamás he olvidado, y fueron los siguientes: "Que unas elecciones no se ganan nunca con las mismas personas" y "Que en política lo importante no es como tú te mires, sino como te miren los otros".
Esos pronunciamientos quizás en el momento no lo entendí a profundidad, pero el tiempo me ha ido demostrando la gran sabiduría que encierran, ya que ciertamente nadie es imprescindible, puede ser importante y necesario en un proceso, pero si se detiene o abandona el espacio, enseguida es ocupado por uno de los muchos que están a la espera.
Lo mismo para los que entienden que se lo merecen todo, que su ego los lleva a verse como figuras que cualquier posición está a su altura, por lo que siempre aspiran a los más altos niveles de la jerarquía gubernamental.
Es posible que tengan muchos méritos, que hayan realizado grandes labores altruistas, que tengan muchos aportes políticos y sociales en su hoja de servicios, pero los que tienen el poder de decisión en ese momento lo ven de otra manera, por lo que sencillamente las expectativas se desvanecen, llegando la decepción y posterior frustración.
En mis 4 décadas de actividad política he aprendido muchas cosas, aunque como decía Sócrates, nunca sabes nada, siempre estás aprendiendo, por lo que lo único que sabes es lo ignorante que eres.
Pero puedo decir que he aprendido algo y es que la sabiduría en política y en todo, nace de la experiencia, no de que te atiborres de conocimientos, claro, no quiero decir que esto no ayude, pero en realidad aprendes de lo que vives, de la experiencia, de los procesos, de las frustraciones, de las decepciones, de los triunfos y fracasos.
Los jóvenes que se inician en la labor política deben aprender un poco de esto, comprender que nunca pueden desesperarse, que cada fracaso es una experiencia, que deben escalar paso a paso, sin querer llegar a la cima por gravedad, sino subiendo peldaño a peldaño, estando claro, que muchas veces resbalaran y tendrán que iniciar de nuevo, pero siempre haciéndolo con mayor entusiasmo y aprendiendo de los errores, pues sólo de esta manera podrán hacer carrera política.
Lo que sí para mi es determinante en cualquiera que inicie una carrera política, es la coherencia, es el hacer todo el esfuerzo por ser firme en las posiciones que adopten, ya que el cambiar continuamente de criterios le va creando una aureola de inestable, inseguro y poco confiable, lo cual es muy decisivo para poder avanzar en ese difícil y complicado mundo de la política.
Esto no quiere decir que en situaciones específicas no pueda variar su posición, porque los procesos cuando terminan, sencillamente dan paso a otros, pero mi experiencia me dice que antes de asumir una postura debe reflexionar, consultar con su corazón, analizar el alcance de esa decisión que adoptará, y después que lo haga, mantenerse firme hasta el final de ese proceso, es la única manera de formarse como un político con credibilidad.
En los saltarines políticos nadie cree, los pueden usar para causas momentáneas, pero nunca gozaran de la confianza de nadie, por eso mi humilde recomendación a los que participan en este difícil mundo de la política, es que trate de hacerlo con la mayor honestidad posible, siendo leal a las posiciones que asuma en circunstancias específicas y cuando entienda que debe asumir otras posturas, también hacerlo de cara al sol, con trasparencia y sin ocultar nada.