CABRERA.- Siendo este un país tan pequeño en comparación con otros de gran extensión territorial, es un orgullo y un privilegio contar en nuestra naturaleza con cuevas que son verdaderas bellezas.
Las mismas están localizadas a todo lo largo y ancho de la isla, siendo unas más conocidas que otras, ya sea porque su entorno ha sido habilitado y acondicionado por las autoridades correspondientes o por su propia naturaleza.
Otras han sido descubiertas recientemente y otras ofrecen su esplendor en lugares apartados, pero que si vale la pena explorar y deslumbrarse con su belleza.
Zona Norte. Esta zona de nuestro país es un encanto para turistas y lugareños. En su seno hay una enorme cantidad de cuevas, y por si usted no se había detenido a pensar cuáles son y no se había motivado, hoy, a través de este viaje, espero motivar, a través de los sentidos, a la exploración de nuestras cuevas.
Aquí, en Cabrera, rodeando una de las provincias del norte del país, encontramos las lagunas El Dudú, una atracción turística muy popular y un lugar de una belleza natural irresistible a los ojos. Su propietario, Martín Martínez, indica que ella representa su mundo porque ha estado al frente de ella gran parte de su tiempo, desde hace más de 20 años, dando soporte técnico y ambiental.
“El Dudú es un manantial grande clásico, tipo cenote, que es parte de nuestra familia, pero que el país y el mundo la ha hecho suya por toda la belleza que aquí converge”, dice.
Cuando advertimos que hemos llegado al lugar, penetramos a ella por una casita similar a las que usaban los taínos. Pagamos una entrada y en seguida a través de unos escalones angostos, desde los cuales podemos admirar estas preciosas lagunas y por último, la belleza de la cueva.
Martínez comenta que una vez equipado es fácil nadar por la superficie hasta el lado izquierdo del cenote, el comienzo de un túnel muy grande, de alrededor de cien metros de penetración y tiene un domo de aire grande a los 50 metros. “Este es uno de los tours favoritos de los ‘dive centers’ locales”, comenta.
La primera parte de la cueva posee un túnel muy grande y alto, con muchas decoraciones teñidas de colores oscuros sobre las columnas, y la refrescante laguna ofrece un valor agregado a las hermosas playas que constituyen la costa norte dominicana.
Hay dos teorías sobre el nombre de la laguna. Una dice que le llaman Dudú por las dudas que existían sobre su profundidad y la otra cuenta que esta laguna, dentro de una cueva que está a unos metros de la misma, vivía un taíno a quien se le conocía con el nombre de Dudú.
Dudú es el único lugar del mundo en donde se puede hacer espeleobuceo desde un lago natural a otro lago natural, algo muy apreciado por los buzos que practican este tipo de deporte.
Si viene de pasadía, no hay problemas, porque dentro del complejo hay un restaurante que sirve deliciosa comida.(hoy)