• Inicio
  • Nacionales
  • Política
  • Locales
  • Diaspora
  • Entretenimiento
    • Cultura
  • Deportes
  • Turismo
    • Hoteles
  • Opinion
  • Sociales
Costa Verde DR
  • Saturday 1 de November de 2025
  • Inicio
  • Sobre Costa Verde DR
  • Para Anunciarse

Costa Verde DRCosta Verde DR

  • Inicio
  • Nacionales
  • Política
  • Locales
  • Diaspora
  • Entretenimiento
    • Cultura
  • Deportes
  • Turismo
    • Hoteles
  • Opinion
  • Sociales
Lo último
  • Domingo de lluvia! COE aumenta a ocho las provincias en alerta amarilla por activa onda tropical
  • Dodgers y Toronto se juegan hoy el "todo o nada" en el decisivo partido 7 de la Serie Mundial
  • Lidom quillao con Latin Events por cancelar serie Aguilas-Gigantes en NY: "no debe ser calificado hechos fortuitos"
  • Se va a pique Copa del Cibao! Latin Events cancela serie Aguilas-Gigantes en City Field por falta de venta
  • La madre de cada uno

Escucha en vivo a

El eterno retorno del fin de la historia

El eterno retorno del fin de la historia

30 diciembre 2022 Eduardo Jorge Prats Opiniones

Es más que conocida la tesis de Francis Fukuyama, avanzada en un artículo en la revista The National Interest del verano de 1989 y expuesta en su libro de 1992 El fin de la historia y el último hombre, donde, en medio del desmoronamiento de los “socialismos reales” en Europa y la desaparición de la Unión Soviética y sobre la base del pensamiento de Hegel visto a través de los espejuelos de Kojève, predice el triunfo de la democracia liberal “como la forma final de gobierno humano” y el “fin de la historia”, entendido como el “fin de las guerras y las revoluciones sangrientas”, cuando los hombres satisfarían “sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas”.

Se critica a Fukuyama argumentar que las guerras siguieron en todo el mundo y se incrementaron al calor de la “guerra global contra el terrorismo” tras el ataque contra las Torres Gemelas y las guerras en Irak, lo que evidenciaba, según sus críticos, que la democracia liberal de origen occidental estaba muy lejos de aceptarse generalizadamente como paradigma de sistema político, rechazo que fue evidente con el ascenso en los últimos diez años de los nacional populismos de derecha y de izquierda, tanto en el Tercer Mundo como en el mundo desarrollado, gracias al incentivo provisto por desigualdades socioeconómicas, sino crecientes, por lo menos mucho más perceptibles en un mundo de mayor prosperidad y crecimiento económico.

La verdad es que, vistos desde la distancia de nuestro presente, en los últimos 30 años hemos vivido ese tiempo “muy triste” propio del fin de la historia según Fukuyama. Un tiempo en el que “la lucha por el reconocimiento, la disposición a arriesgar la propia vida por una meta puramente abstracta, la lucha ideológica a nivel mundial que requería audacia, coraje, imaginación e idealismo [ha sido] reemplazada por el cálculo económico, la interminable resolución de problemas técnicos, la preocupación por el medio ambiente y la satisfacción de las sofisticadas demandas consumistas”. Tiempo tan triste que nos ha permitido escapar del aburrimiento sumiéndonos en las banales luchas identitarias y en las estrambóticas “guerras culturales” que son el pan nuestro de cada día.

Y, sin embargo, la invasión militar rusa a Ucrania y la heroica resistencia del pueblo ucraniano en armas, con el apoyo de Occidente, tímido -por temor a la amenaza nuclear de Putin- y a veces entusiasta, nos revela que la historia no ha terminado, que hay un Estado-nación que lucha por su independencia e integridad territorial, pero, sobre todo, que se ha embarcado en una batalla militar, política e ideológica, no solo por su defensa existencial y por la preservación de su democracia, sino, además, por la defensa de las democracias contra las autocracias del mundo.

Ciertamente la historia sí ha terminado. Porque nadie quiere vivir bajo una dictadura y por eso millones de personas emigran, no a China, Rusia, Corea del Sur o Irán, sino al Occidente democrático y liberal. Y es que, como recientemente afirmaba Fukuyama, “ningún gobierno autoritario presenta una sociedad que sea, a largo plazo, más atractiva que la democracia liberal” y que represente el “punto final del progreso histórico”. Vivimos, pues, el eterno retorno del fin de la historia.

Facebook Twitter Google+ Pinterest WhatsApp

Articulos Relacionados

La madre de cada uno Opiniones
1 noviembre 2025

La madre de cada uno

Así fue, así pasó Opiniones
31 octubre 2025

Así fue, así pasó

Nagua frente al espejo de su auditoría Opiniones
31 octubre 2025

Nagua frente al espejo de su auditoría

Que vengan los daneses Opiniones
31 octubre 2025

Que vengan los daneses

Para ser periodista… Opiniones
30 octubre 2025

Para ser periodista…

La encrucijada de la Fuerza del Pueblo Opiniones
29 octubre 2025

La encrucijada de la Fuerza del Pueblo

LIVE COSTAVERDE DR

 

  • Inicio
  • Nacionales
  • Política
  • Locales
  • Diaspora
  • Entretenimiento
  • Deportes
  • Turismo
  • Opinion
  • Sociales
  • Back to top
© Costa Verde DR 2017. Todos los derechos reservados
por G Soluciones