Este próximo 26 de junio se celebrarán las primarias del Partido de la Liberación Dominicana para elegir el que será el candidato presidencial de esa agrupación política; y aunque al parecer, todas las encuestas que hemos visto y los encuentros en los que tomamos parte indican que Danilo Medina tiene todas las de ganar en primera vuelta, los otros aspirantes que todavía siguen dicen que no se retiraran. Y es lo mejor que hacen, pues es saludable la participación democrática y es bueno que se cuenten votos para evaluar a nuestros líderes.
Junto con esas primarias viene también un plebiscito para preguntarnos a las bases si queremos que las actuales autoridades del partido (comité central, comité político, direcciones provinciales y municipales, etc.) que ya hace tiempo cumplieron su mandato para el que fueron electas, sigan en sus cargos por cinco añitos más dirigiendo al PLD, sin permitir el relevo necesario en toda organización que se precie de moderna, especialmente ésta, que aunque ha perdido mucho de su esencia, fue creada por el Profesor Juan Bosch como un instrumento de redención de las libertades conculcadas desde la fundación de la nacionalidad.
Sólo dos dirigentes altos se han pronunciado sobre este plebiscito, que aparentemente se quiere no se hable mucho de eso. Una fue la diputada Minou Tavárez Mirabal en su artículo en Diario Libre titulado NO, NO Y NO, y el otro, el precandidato presidencial José Tomas Pérez que también abogó por que votáramos por el NO. Aparte de éstos, mas nadie. Y nos da la impresión de que en un partido donde sus estructuras organizativas están secuestradas municipio por municipio, lo que se busca es sorprender y manipular a los miembros del partido para que el día de las votaciones se dé por sentado que esos secuestradores deben permanecer en sus puestos porque lo importante es el candidato que vamos a elegir y no quienes dirigen el partido. Y es al revés, porque el gran desencanto en las filas peledeístas no es con tal o cual candidato ni con el presidente del partido, sino con esa dirigencia enclaustrada y soberbia que no da paso y pretende quedarse 5 años más por imposición y manipulación.
Piensen bien los propios precandidatos sobre cómo instruyen a sus votantes, porque las bases no están dispuestas a aceptar directrices en este aspecto, aún su inclinación por cualquiera de estos.
Un partido que no se renueva, que no trae sangre fresca a su torrente de ideas, está condenado a ir sucumbiendo poco a poco, y un ejemplo lo tenemos en el Reformista Social Cristiano aquí en nuestro país y en muchos otros en toda Latinoamérica. No dejemos que el afán de tener poder nos obnubile y humildemente votemos y mandemos a votar por el NO. Renunciemos voluntariamente a la posibilidad de disfrutar de un mandato manipulado, porque si usted lo ha hecho bien, las bases lo reelegirán.