"Quien carece de amigos va por el mundo como forastero" , Heinrich Zschokke.
La amistad se define en el diccionario como la relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia. Es aquella relación desinteresada y placentera que se consigue con la compañía de otra persona.
Los amigos son la familia que uno decide tener. Tienes la libertad plena de decidir con quién juntarte y quién es la persona que esté a tu lado, es un lazo tan fuerte como la sangre que te une con tus familiares.
Relacionarnos es un hábito propio del ser humano, no somos personas completamente independientes a la hora de subsistir o crecer. Necesitamos estar constantemente en conexión con nuestro entorno. Crear relaciones afectivas y de confianza nos permite sentirnos seguros y, sobre todo, que podemos tener a una persona ahí cuando más la necesitemos.
Mantener una amistad en el tiempo no es un hábito sencillo, al contrario, requiere de mucho cuidado y cariño, no necesariamente de tener intereses y cosas en común pero si de aprender y disfrutar de lo que la amistad puede darte: buenos momentos e historias para recordar.
Una buena amistad puede ser larga o corta, y eso no quiere decir que una sea buena y la otra mala por su duración en el tiempo. Hay amistades que pasan por nuestras vidas como estrellas fugaces y nos pueden enseñar tanto como una amistad de años.
La base de toda amistad es la confianza, poder serle sincero a tu amigo sobre lo que pasa es fundamental. La comunicación es indispensable, no puede nacer una amistad cuando hablas con una persona una vez cada tres meses, tienen que conocerse y ver si se agradan, si se llevan bien, pero eso no significa que una amistad no puede mantenerse en la distancia después de muchos años compartidos y experiencias vividas.
Una amistad es completamente verdadera cuando esta permanece a tu lado en tus momentos más difíciles y duros, te da su apoyo incondicional e intenta ayudarte en todo lo que pueda. Es fácil darse cuenta cuando un amigo es verdadero y cuando otro está solo para las risas y buenos momentos.
Existen diferentes tipos de amistades, como esos amigos cotidianos, los que vemos frecuentemente en la universidad o en el lugar donde vivimos; amigos laborales, los amigos de la infancia, los amigos de fiestas. Esas amistades que son realmente confidentes en nuestras vidas, son las que tenemos que agradecer todos los días.
Un buen hábito para conservar una amistad es darle la importancia que se merece, darle su espacio y sobre todo compartir buenos momentos con ellos, no importa si no es todos los días que se vean pero si cuando se tenga un tiempo libre en la agenda, ir al cine o compartir unas bebidas no cae nada mal para ponerse al día.
La amistad es igual de compleja que las relaciones de parejas, necesitan su espacio para poder desenvolverse correctamente y ver si pueden dar los primeros pasos y perdurar en el tiempo. Así como también necesitan cariño y respeto.