Río San Juan.- A final de la Dictadura de Trujillo se construyó en Río San Juan el primer Club Social, a la orilla de la Laguna Gri-Grí, lo cual fue un acontecimiento para esa época. Para tan magno evento fue invitado Arismendy Trujillo –Petán-, quien asistió y fue recibido con todos los honores.
Para la construcción del Club Social Río San Juan, Petán Trujillo había aportado la exorbitante suma de $2,000 pesos, como una ayuda a sus amigos del pueblo.
A su recibimiento asistieron casi todos los moradores de la región, quienes llegaron desde tempranas horas de la mañana y abarrotaron las pocas calles que existían para entonces.
Fue tarea de todos mojar los caminos y calles para apaciguar el polvo por donde pasaría la comitiva que era esperada para las nueve de la mañana y no llegaron hasta pasadas las once. Se dirigió directamente por la calle Duarte hasta la Iglesia Católica, ubicada frente al parque central, donde se ofició una misa en honor a la salud del Generalísimo Trujillo.
Ese día, 11 de febrero de 1961, hubo varios bautizos en la iglesia, de los que Petán Trujillo fue padrino de todos, regalándole después del acto 20 pesos a cada uno de sus ahijados.
Terminada la misa se dirigieron todos a la plazoleta del parque, frente a la estatua de Trujillo, donde las autoridades y personalidades del pueblo le dieron la bienvenida a tan ilustre visitante.
El funcionario de mayor rango en el pueblo lo era Eudosio Bonilla (Doso), presidente del Partido Dominicano, quien dio las gracias. Basilio Balbuena era el Síndico y también se dirigió a los presente, pero las palabras de agradecimiento y quien resaltó las cualidades casi divinas del visitante y su familia, en uno de sus tantos y extensos discursos, fue Holguín Bonó.
Terminado del acto y de camino al Club, Petán Trujillo hizo una corta parada en la casa de Miguelito Balbuena y Doña María Sánchez de Balbuena, para saludar a sus "viejos y buenos amigos".
A la entrada de la Laguna Gri-Grí varias niñas con canastas de pétalos de rosas recibían a Petán Trujillo, lanzándoles rosas desojadas a su paso.
Parte del pueblo, que sabía no podía entrar al Club, también le prepararon su espectáculo a los visitantes, y para llamar la atención de todos, a Carlos "El pelú" se le ocurrió hacer una tarima flotante dentro de la laguna, donde varios músicos típicos se habían adueñado del show. Pero para su desgracia, no calcularon bien, y en plena interpretación se movieron hacia un lado de la tarima y todos fueron a parar al agua, para burla y risa de los presentes.
Para la inauguración del Club fue elegida Reina la hija de los señores Pedro y Alba Melo, señorita Guillermina Primera. Aunque a tan magno evento sólo fue invitada la alta sociedad del pueblo y la región, tres hermosas jóvenes que por riqueza sólo tenían su belleza, estuvieron presentes en la mesa de honor.
Ellas fueron las hermanas Loly, Graciela y Dalila Morales. Estas riosanjuaneras llamaron la atención del invitado, quien bailó la primera pieza con la señorita Dalila, la más joven de las hermanas.
Pero la intención de Petán Trujillo era llegar hasta la Señorita Graciela Morales, quien lo había impresionado desde que llegó al pueblo. Cumplido su propósito de acercamiento, bailó con la joven toda la tarde y se tomaron varias fotos, para envidia de las presentes y enojo de muchas madres que hubiesen querido ver a su hija en los brazos de aquel personaje, quien partió antes del anochecer.
Días después, al ayuntamiento llegaron dos sobres con fotos del evento, uno sellado para entregar a las señoritas Morales.