En días pasados, el Estado de la Florida le celebró el cumpleaños a una señora que cumplió 106 años, en la celebración,  con gran entusiasmo y energía, invitó a todos los participantes a su próximo aniversario. Al preguntarle cuál era su estilo de vida para mantenerse así a esa edad, simplemente dijo; "es que el problema no son los años, sino la mente ".

Esta expresión lo más probable es que no surgiera de profundos conocimientos teóricos, académicos o intelectuales, pero lo que sí podemos estar seguro, fue que nacieron fruto de una gran sabiduría, hija de una experiencia centenaria. Ahí tenemos un ser humano, que logró entender la importancia de separar la mente del ser interior.

Todos en algún momento nos preguntamos. Que es la mente?. Pocos logramos responder a este simple pregunta. Nacemos con la mente en blanco y la sociedad nos la va condicionando, haciéndonos creer que somos la mente, lo cual comienza en la casa, la escuela, la universidad y toda la relación con el medio que interactuamos.

Desde pequeño nos dicen como debemos ser, como actuar para ser aceptados, que el objetivo en la vida es el éxito, las riquezas, el poder, la fama, el reconocimiento, la aprobación, pero nunca nos hablan de que los verdaderos valores están en el ser, en vivir tranquilo, en paz, en practicar la compasión, la bondad y el amor.

La sociedad se centra en lo material para condicionarnos, aunque le llamen educación y nos lleven a ser grandes eruditos, profesionales, científicos, políticos y personas de éxitos. Por lo general se olvidan de lo más importante, formarnos como personas de bien, humildes, solidarios, sensibles y con un corazón rebosante de gratitud hacia la vida.

Esa mente que la sociedad nos proporciona, se convierte en nuestro ego, en lo que creemos que somos, en lo que nos impulsa a llevar una vida  basada en la prisa, en la incertidumbre, el miedo, la ambición, el odio, la ansiedad, el estrés etc. Sencillamente esto ocurre,  porque nunca estamos conformes, siempre queremos más y no somos capaces de disfrutar lo que tenemos en ese momento, sea mucho o poco, pero es la vida en el presente.

La mente o el ego es que genera la mayor parte de problemas, tanto físicos como mentales, por lo que si no hacemos conciencia de esa realidad, nos veremos imposibilitados de disfrutar al máximo lo maravilloso de la existencia La mente siempre nos mantendrá  viajando por el pasado o proyectándonos hacia el futuro, haciendo que nos olvidemos de disfrutar el momento, el ahora.

Para lograr poner la mente a nuestro servicio y no ser su esclavo, es vital que aprendamos a conocernos, aprender a diferenciar el ego del ser, a observarnos y a diferenciar cuando un pensamiento nos es útil para asumirlo y cuando no lo es, para dejarlo transitar sin prestarle atención.

Para que esto se comprenda mejor, voy a tratar de hacer de manera breve y lo más simple posible, una explicación desde la visión científica, sobre el funcionamiento de la mente y el cerebro.

Nuestro cerebro está compuesto por más de 100 mil blllones de neuronas, las cuales tienen 10 mil billones de conexiones o sinapsis. Esas conexiones son las que envían las señales a la mente, se mantienen por casi toda la vida, aunque con el tiempo algunas se van perdiendo, pero otras se pueden ir creando.

El cerebro a través del hipocampo mantiene los recuerdos de nuestra vida, dividiéndose en una parte consciente que tiene un 10% y otra llamada el inconsciente donde se guarda el 90% de los recuerdos. Como el cerebro es un órgano, no razona, sino que nos envía las señales por medio de los pensamientos o sueños para hacernos felices, tratando siempre de presentarnos un presente apetecible.

Esas propuestas neuronales que constantemente nos hace el cerebro, nos llegan a la mente como pensamientos, calculándose que pasan de 30 mil diarios. Ahí es que la mente puede ser determinante para nuestra felicidad, ya que si estamos conscientes, podemos observar esos pensamientos y determinar cuál nos es útil y cuál simplemente nos resulta perjudicial.

Cuando nos llegan esos pensamientos desde el cerebro, que al final lo que quiere es hacer que nos sintamos bien, si le prestamos atención, lo ponemos más grande, hasta convertirlo en sentimientos negativos, que nos producirán tristeza, ira, ansiedad, odio, depresión, celos, rencor etc

Por eso es que es vital conocernos y tener consciencia de lo que nos envía el cerebro, ya que como éste no razona, no puede distinguir lo que es positivo o negativo. Si observamos el pensamiento y no le prestamos atención, simplemente este desaparece sin causar ningún sentimiento adverso.

La mente es como un cuenco que nunca termina de llenarse, eso es lo que le enseñaron desde su nacimiento, jamás nos dejará tranquilo, es su naturaleza. Aprendamos a conocerla, a convivir con ella sin querer cambiarla, sólo observarla, hacer consciencia y aprender a disfrutar de la vida con su proceso, sin prestarle atención a la MENTE.

Si logramos esto, obtendremos lo que dice Osho, de que el ser humano debe de ser como Sorba el Buda: Disfrutar y gozar la vida, sin abandonar la espiritualidad.

En realidad, esto nos lleva a la conclusión como dice la señora de la Florida: " Es que el problema no son los años, sino la mente"