Río San Juan.- Precedida de una misa de cuerpo presente oficiada por el Obispo de Puerto Plata, Monseñor Julio César Corniel Amaro, y en medio de grandes expresiones de dolor, fueron sepultados la mañana de este viernes los restos de don Luis Tejada Alcéquiez, para muchos un ejemplo a seguir en todo el municipio.
Escoltado por los muchachos de la banda de música de las Escuelas Libres y de decenas de personas, los restos de Don Luis realizaron un amplio recorrido por diferentes puntos de la ciudad antes de llegar finalmente a su última morada, el cementerio municipal.
Tras partir de su vivienda ubicada en la calle 30 de Marzo, el cortejo fúnebre hizo su primera parada en la Parroquia San Juan Bautista, en la cual sirvió como animador de asamblea en sus últimos años. Allí recibió los santos solios de parte de Monseñor Corniel, en una misa en la que también participaron algunos sacerdotes de la región. Concluido el acto religioso, el cortejo partió hacia la Alcaldía Municipal, donde laboró como tesorero por más de 30 años.
Allí fue recibido por el Alcalde Alberto Alonzo, la Vice Alcaldesa Fidelina José de Báez, los ex síndicos Francisco Duarte, María Balbuena y el presidente de la Sala Capitular Juan José Canaán, quien ante su féretro resaltó sus cualidades mediante un pequeño recuento sobre su trayectoria, accediendo así a una petición de su hijo Miguel Tejada.
El alcalde Alonzo, por su parte, lo definió como un ejemplo a seguir en el municipio y dijo lamentar no haber tenido la oportunidad de laborar junto a él en su paso por la Alcaldía.
Mientras Balbuena, quien sí trabajó junto a Don Luis, recordó entre lágrimas que siendo ella alcaldesa dejó de cobrarle a una persona 5 pesos y él le dijo que no podía hacer eso porque el Ayuntamiento tenía que percibir ingresos. “Fuiste un buen ejemplo, que Dios te bendiga y te tenga en el paraíso por que te lo ganaste”, terminó diciendo con tristeza la ex jefa municipal.
Por su parte, Francisco Duarte se trasladó al 16 de agosto de 1994, cuando asumió la sindicatura, para recordar como con su forma afable fue orientado por el entonces tesorero municipal, de quien dijo nunca lo vio enojado y siempre presto a servirle al pueblo, hasta su partido voluntaria en 1998 por antigüedad en el servicio.
Las palabras de sus ex compañeros retornaron las lágrimas de su hoy viuda, doña Ana Dilia Méndez, quien junto a su hijo Miguel escucharon compungidos frente a la Alcaldía las bondades que cada quien le reconocía a su ser querido, para luego partir hacia el cementerio municipal.
Escoltados por los muchachos de la banda de música, el cárro fúnebre partió en sentido contrario por la calle Duarte hasta llegar al bulevar doctor Domingo González, dejando su paso el agitar de la despedida de las manos de aquellos que en cada esquina esperaron el paso del cortejo para brindarle respeto a aquel hijo meritorio de Río San Juan que será recordado por siempre.
Ya en el campo santo, un beso simbólico en nombre de Juan Luis, su hijo ausente, y una triste canción de su eterno amigo José Marmolejo sirvieron de punto de partida para su final despedida. Allí, con el frío ataúd entrando al nicho familia, las lágrimas y abrazos tristes de amigos y relacionados se multiplicaron en un ceremonial expontáneo que daba el último adiós a Don Luis Tejada Alcéquiez, en una expresión de dolor que dejaba escapar un silente hasta siempre.