Primero, pido excusas a la dirección del periódico, con quienes me comprometí a escribir una vez por semana un artículo de fondo, distinción que le agradezco, pues no me considero un escritor, ni periodista versado, aunque sí un ciudadano con el deseo de aportar a la sociedad desde mi visión e interpretación de los hechos. Pero en este caso voy a solicitar un intermedio para tocar un tema, que hasta cierto punto se sale de los parámetros establecidos, para abordar algo que circunda lo personal.
Muchas personas, no puedo cuantificar el número, entienden que las acciones y gestiones que hemos venido realizando en la provincia María Trinidad Sánchez tienen como finalidad oculta una aspiración, porque según su parecer, nadie le dedica tanto tiempo a un propósito si no tiene un objetivo específico, lo cual no deja de tener su lógica y de responder a una situación normal.
Las aspiraciones son legítimas y todos en algún momento podemos esgrimir ese derecho, pero en este caso, para tranquilidad de algunos, no nos anima ninguna aspiración en la provincia, ni electiva ni partidaria. Eso que quede bien claro, y en este momento lo estoy dejando por escrito, como un compromiso para la historia.
Tengo la información de primera mano, que personas a quienes siempre le he tenido mucho aprecio, y a quienes no le he dispensado más que consideraciones y en algún momento apoyo, tanto político como personal, se aprestan a iniciar una campaña de ataques personales y políticos, con la finalidad de desacreditar las gestiones que hemos venido desarrollando en esta provincia.
No le tememos a esta situación, pues estamos muy seguro de nuestra labor, pero sí nos apena que esto pueda ser planificado por quienes entendemos son ciudadanos con muchos valores, pero que la confusión e incomprensión de los procesos políticos los lleven a cometer errores que, en definitiva, afectarán su imagen y el proyecto político que representan.
Quienes participamos en los quehaceres políticos, siempre debemos tener claro que la actividad política es algo coyuntural y circunstancial, que debemos aprender a lidiar, tanto cuando estamos en la cúspide como cuando estamos en el punto más bajo, sino entendemos este criterio elemental, viviremos frustrados, resentidos y llenos de odio, pues es necesario una mente tranquila, sosegada y sobre todo paciente, para poder manejar las diversas situaciones que se nos van presentando, sin caer en la incertidumbre y la desesperación.
Es determinante comprender que los procesos hay que cerrarlos, ponerle fin, para poder iniciar el siguiente con la mente clara y una visión nueva, dirigida a la nueva coyuntura. No podemos asumir el criterio de la revolución ininterrumpida, de León Tostsky, quien entendía que siempre había que estar en guerra, por lo que después del triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917 en Rusia, planteaba seguir en guerra con Alemania y todo el mundo, por lo que a las personas que tenían este criterio se les empezó a llamar Trotskistas. Claro, para salvar la Revolución, Vladimir Lenin, lo sustituyo por José Stalin en la dirección del Ejército Rojo, logrando una tregua, que hizo posible la materialización de la Revolución Rusa.
Además, para tranquilidad de algunos amigos, voy a mantenerme al margen de la actividad política en la provincia, los compañeros que de una u otra manera tienen cierta cercanía conmigo están en libertad de adoptar las decisiones que entiendan pertinente en los próximos movimientos que se avecinan en el partido. Estos dirigentes han alcanzado la suficiente madurez política para comprender a fondo el proceso que estamos viviendo, y sobre todo, adoptar una postura al nivel que la circunstancia espera de ellos.
Al mismo tiempo, quiero solicitarle me permitan, en relación a las candidaturas, mantenerme al margen de ellas, respetando el derecho que cada quien tiene de aspirar a convertirse en el candidato del partido para el 2016, pero también respetando el derecho que tengo de mantenerme al lado del gobierno del Presidente Medina, apoyando sus ejecutorias y esperando el momento preciso para adoptar, en relación a estas aspiraciones, la decisión que mis principios y convicción determinen, sin que esto tampoco impida el derecho que tienen otros de ser parte activa de un proyecto presidencial en lo inmediato.