Faltando apenas menos de tres meses de las elecciones municipales, congresuales y presidenciales, hay varios lugares donde los partidos aún no se han puesto de acuerdo en elegir sus candidatos a cargos municipales y congresuales.
Esto debido a múltiples factores, por un lado los intereses personales, cuando no la conveniencia del partido, o por la conveniencia de un miembro de la cúpula del partido usando la dedocracia. También en ocasiones el chantaje, en fin toda una gama de "truquimañas" que nos hacen sentir peones del ajedrez político de los mal llamados líderes.
Es vergonzoso ver cómo se entregan candidaturas personas sólo por tener más fondos económicos, sin importar su trayectoria social, razón por la cual, muchas de las veces, nuestros cargos electivos los ocupan personas que vienen solo con la idea de recuperar su inversión, la cual tiene que multiplicar el dinero invertido, de ahí el descuido de muchos (la mayoría) de nuestros elegidos a resolver los problemas de los pueblos.
Sé que es soñar, pero cuánto me gustaría ver un pueblo ir a las urnas a votar por lo que le dicta su conciencia y no por los pocos pesos que le dieron el día de las elecciones.
Hoy entiendo lo que decía Facundo Cabral de su abuelo, que le tenía mucho miedo a los idiotas y pendejos, porque son muchos.
Es común escuchar en las esquinas de nuestros pueblos, "pero tu está loco de que fulano le va a ganar perencejo, tú no sabes los cuartos que tiene fulano". No se evalúan las condiciones éticas y morales, solo la disponibilidad del dinero.
Tengo un amigo que dice, aquí solo hay que untarle la boca de huevo a las gentes, para lograr sus votos. Así me llega a la mente una expresión de un colega, que ya se nos adelantó y pasó a otra vida, que se preguntaba cada vez que veía nuestras barbaries, ¿cuándo es que nos van a descubrir?
Me considero ser de las personas que le duelen los más necesitados y así lo demostré cuando tuve la oportunidad de servir a mi gente, pero no es menos cierto que en ocasiones me embarga la impotencia.
Si hoy el mal supera tanto al bien, una causa es la indiferencia del hombre de bien, pero no es menos cierto que el cansancio se apodera de esos hombres bien intencionados.
En otro sentido y el porqué del título de éste artículo, hay municipios donde las representaciones que llevan los partidos son tan pocos confiables que llevan al votante al uso del Tin Marín, pues no se sienten representados con ninguno de los aspirantes y optarán por el viejo refrán, "más vale un malo conocido que un bueno por conocer".
Que Dios te guíe pueblo dominicano en las próximas elecciones.