A partir de las fraudulentas elecciones del 1994, los dominicanos estamos renuentes a utilizar las palabras “fraude electoral”, preferimos usar otras como, indelicadezas, irregularidades, anomalías, distorsión, manipulación y muchas otras mas que quieren decir eso mismo: fraude.
No la queremos usar tal vez por la vergüenza internacional y el trauma que nos causa recordar que en el año 1994, no dejamos gobernar a quien legítimamente había ganado: José Francisco Peña Gómez.
6 años después de lo acontecido en el país, vinieron las elecciones en los Estados Unidos con graves indicios de fraude, manipulación y conteo parcializado a favor de un candidato. La mayoría de los ciudadanos de ese país así lo consideró al ser encuestado.
En el 2004, la prensa norteamericana también reportó graves irregularidades en varios estados que alteraron el resultado final, entre ellas Ohio, al punto de que pasada la medianoche la cadena de televisión CNN proyectó ganador al candidato demócrata, Jhon Kerry con 52% del voto popular contra 48% del Presidente Bush.
A partir de esas 2 elecciones, el mundo y la región latinoamericana se llenaron de denuncias de fraude. Ahí está el caso de Irán, y mas recientemente las denuncias en Colombia y en Rusia.
En el 94, el fraude dominicano lo hizo el partido gobernante con la complicidad de la JCE que logró alterar la lista de votantes al dislocar o excluir en cada mesa electoral 20 electores del PRD que no pudieron ejercer su derecho al voto.
En el siglo 21 los fraudes son mas sofisticados y difíciles de detectar. Ahora se hacen electrónicamente manipulando los scanner que transmiten los datos del resultado de cada mesa y maniobrando el software que realiza el conteo para que agregue votos de mas a un candidato y se los reste a los otros.
Invito a mis lectores a visitar estas direcciones electrónicas donde podrán constatar que la manipulación electrónica del conteo de votos es mas fácil de lo que se piensa:
www.youtube.com/watch?v=-hNxBa6KENE
www.youtube.com/watch?v=TdzlnwWsAAU&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=mq9WVuKGwOM&feature=related
Tanto para la trasmisión de datos como para la suma de votos, es vital contar con la complicidad y el control de los cómputos, pues es ahí donde se instalan las herramientas que facilitan el conteo engañoso.
Lo grave de la renuncia de Miguel Ángel García, anterior Director de Cómputos de la JCE, es que lo hacía porque se “había creado un centro de cómputos paralelo”.
Y para los que piensan como Danilo Medina que “aquí ya no hay condiciones para que un proceso sea vulnerado”, es bueno recordarles que en las elecciones del 2010, la población desconoció porque en el Distrito Nacional se dañó el 42% de los scanner entre las 9 y las 11 de la noche y porque hubo diferencias significativas de votos emitidos entre la boleta A y la B.