Playa Grande, Río San Juan.- Cuando hablamos de arena blanca y fina, de agua cristalina, hermosos cocoteros, gente cálida, humilde y trabajadora, nos referimos a Playa Grande.
Pero muchos no saben que dentro de ese espléndido paisaje situado entre Río San Juan y Cabrera, convive un grupo de mujeres y hombres que a través del tiempo con su servicio y hospitalidad han hecho este majestuoso lugar más acogedor para el turista.
Muchas han sido las estaciones del año que hombres laboriosos como Andrés Liriano Díaz –Chaleco- ha visto pasar en esta playa. Con 20 años de trabajo, Chaleco dice sentirse muy contento de poder dar el sustento a su familia lidiando entre mar, arena y visitantes. “A diario nos visitan turistas de todas partes del mundo y también del país; para mi es un orgullo poder servir y conocer a tanta gente amable, y que ellos se lleven un buen recuerdo de nosotros para que puedan volver a esta playa”, dijo.
Sin embargo, en poco tiempo, un proyecto de villas desafiará con su glamour entre cocoteros y arena, el servicio de estos laboriosos hombres y mujeres, y hasta podría desplazarlos.
Aunque eso no le preocupa a muchos de ellos, pues contrario a su temor del pasado reciente cuando fueron conminados a desalojar la zona, tras varios acuerdos y promesas, hoy lo ven como un paso hacia el progreso, tanto para ellos como para el pueblo.
Así lo expresa Paulino López Méndez, un batallador de mil atardeceres a la orilla del mar, que por 21 años ha ofrecido desde su caseta número 12 una variedad de platos a base de langostas, camarones, pescado a la plancha, lambí, pulpo y también pollo frito. “Me siento bien y pienso muy positivo con ese proyecto ya que va a beneficiar mucho a Río San Juan, Cabrera y zonas aledañas; además ellos nos han prometido remodelar nuestros negocios y respetar nuestro espacio como empleados de muchos años que somos”, dijo, mientras mostraba dos de las langostas que tiene para ofrecer a sus clientes.
Igual parecer tiene Simeón Martínez Vásquez, mejor conocido como El Pesao. Con 30 años de trabajo en la playa, se siente confiado del nuevo proyecto de Villas Playa Grande y dijo que está muy seguro que con esta construcción el futuro suyo y del pueblo será promisorio. “Ese proyecto va a generar mucha fuente de empleo. Yo he tenido la oportunidad de conversar con los dueños y ellos nos dan respuestas positivas, siempre que vienen aquí nos mantienen informados y nos aseguran que no seremos echados fuera de la playa”.
Y es que quizás en unos meses la Playa Grande de hoy no será la misma, y algunos expresan cierta preocupación en cuanto a que si los lugareños podrán tener acceso a la playa y correlacionarse con el turista que viene de lejos a visitar.
La respuesta a estas preocupaciones la dio Miguel Méndez de los Santos, mejor conocido como “Guelo”, un vendedor de artesanía con 23 años en el área. “Según los dueños del proyecto, el acceso a la playa no será privado, pero sí tendrá una entrada para los visitantes”, dice bailoteando con su cajón lleno de collares, pulseras y baratijas echas a base de motivos marinos.
Guelo dice sentirse feliz de poder disfrutar de la naturaleza de Playa Grande y mejor al saber que pronto habrá algo nuevo que será una fuente de trabajo para muchos.
Y es que en esta playa, las ofertas de ventas son muchas y variadas. Aquí, además de los productos ya mencionados, encuentras accesorios como larimar, ámbar, coral y cualquier otro material para fabricar collares, pulseras y aretes, así como la acerina, el coco y la madera. O sea, que tienes opciones de sobra para llevar un buen recuerdo a tu país desde Playa Grande, porque también puedes comprar los vistosos polo shirts que vende el señor Epifanio Alcéquiez.
El proyecto de construcción de las villas se encuentra en su faceta inicial y ya se han fijados las vistas públicas para el próximo mes de junio.
Mientras tanto, estos más de 30 comerciantes siguen ganándose la vida sirviendo a los millones de turistas que frecuentan este atractivo turístico deslumbrados con su esplendor. Allí han conocidos a grandes personalidades, especialmente famosos del golf, que anualmente llegan al complejo de este deporte que converge en la playa.
Es por eso que tienen muchas historias que contar de Playa Grande, incluyendo la mía y mi pasión por la refrescante piña colada que de forma natural ellos preparan.