Dicen que pesca en río revuelto a veces deja buenos ejemplares en las redes. Es lo que parecen creer los que están al acecho, haciendo planes, con los papeles enviados desde Brasil que tienen que ver con el escándalo de los sobornos hechos por la firma Odebrecht en el país que habrían salpicado a figuras de diferentes áreas del quehacer cotidiano, público y privado, siempre ….asigún. Ya los preciados documentos están bajo la custodia de la Procuraduría General de la República, que ha iniciado la tarea de traducirlos y cotejarlos, prometiendo que todos, absolutamente todos, serán dados a conocer para el consumo del morbo público. Tengo la firme creencia de que muchos de los que están reclamando, hasta el “tráeme la pastilla que casi estoy malo”, que esos documentos se hagan públicos, creando falsas expectativas de que “caerán muchas cabezas y habrá sangre”, se verán decepcionados y quedarán “como Perico en la estaca”. Pero… esa es la democracia: a veces chercha, a veces relajo…
¡Qué raro!
A propósito de los escarceos, marchas y movilizaciones vinculadas al caso Odebrecht, llama mucho la atención la ausencia en esos desplazamientos de personajes emblemáticos del figureo mediático y los reclamos con protestas. Por ejemplo, un amigo medio memo me preguntó, y no supe responderle, la razón por la que el célebre Juan Hubieres no se ha dejado ver en estos días por los alrededores del edificio donde funciona la Procuraduría General de la República. Otros “padres de la Patria”, de esos que siempre “son solidarios” con los denominados grupos populares, también han brillado por su ausencia en esos alrededores. Eso merece un buen ¡je, je, je…!
Por el pichirrí
Me cuentan que los organismos de inteligencia y seguridad del Estado tienen “agarrados por el pichirrí” ciertos planes a ejecutar en el entorno de estas movilizaciones “espontáneas”, razón de que haya muchos patos al agua…