El cálculo que hizo el PLD a raíz de su derrota en agosto del 2020 fue muy sencillo. La pandemia que le dejamos como herencia al PRM acabará con el mandato de Abinader en menos de un año.
La crisis económica y social será tan profunda que nos llevará de nuevo al poder quizás antes de los 4 años o tendremos una victoria arrolladora en el 2024. Esa gente ni tiene experiencia para gobernar ni podrá superar el impacto de la pandemia porque todo se irá al carajo. El PLD es el único partido con capacidad para sacar al país adelante.
Pero los peledeistas cometieron dos grandes errores histórico. Y estos fueron: subestimar al presidente Abinader y su equipo y peor aún suponer que algún día volverían al poder.
Un año y medio después y viendo los resultados sorprendentes alcanzados por la actual gestión, ahora la oposición está recurriendo a nuevos métodos de lucha copando todos los medios de comunicación con las declaraciones más absurdas jamás vista en el ámbito político dominicano, incluyendo negar la veracidad de las cifras ofrecidas por el Banco Central sobre el crecimiento y el empleo.
El gobierno anuncia algo hoy y mañana los opositores lo están criticando en todos los medios. No hay una sola iniciativa que no sea bombardeada de inmediato. Como nada de esa basura politiquera ha tenido mucho efecto en la población, ahora recurren a protestas callejeras, gomas quemadas y piedras al aire.
Está muy bien. Luchen, griten, protesten y sigan haciendo declaraciones absurdas porque quien tiene la capacidad de decidir lo que está bien y lo que está mal es el pueblo dominicano con su voto o con su respaldo al gobierno, aunque no tenga acceso a los medios. Las encuestas lo dicen todo y la comunidad internacional no se cansa de reconocer los logros del gobierno de Abinader.
Mientras tanto, avanzamos contra viento y marea y el país, un año y medio después de las elecciones, en vez del caos que ellos suponían, lo que se percibe es un ambiente de más seguridad jurídica, transparencia en el quehacer público, impresionante recuperación económica, estabilidad, confianza, respeto a las opiniones de todos, dialogo, búsqueda de consenso y principalmente una intensa persecución contra una corrupción que rompió todos los límites de lo imaginable.
Lo que hizo el PLD con el dinero público es tan asombrosamente delincuencial que jamás tendrá oportunidad de volver al poder.
Los casos llevados hasta ahora a la justicia son apenas la punta del iceberg, porque aquí casi todos los estamentos del Estado en los gobiernos del PLD se corrompieron.
Pero lo que más ha sorprendido a esos pensadores decrépitos es que la pandemia, en vez de ser la tumba del PRM, ha sido precisamente la principal muestra de la capacidad del gobierno para combatirla y casi eliminarla porque somos unos de los países con mayor número de personas vacunados, con más baja letalidad y con menor número de casos diarios reportados en relación con su población.
Estamos venciendo a la pandemia y es probable que seamos uno de los primeros en el mundo en llegar a la inmunidad del rebaño.
¿Qué más se puede decir? Griten, critiquen, mienten, tiren piedras y quemen gomas que mientras más lo hacen más nos fortalecemos.
Nada de eso puede parar los cambios de paradigma que se están dando en el país porque ya era tiempo de acabar con la impunidad y el robo masivo de los bienes públicos.