
El autor es dominicano, estudia Ingeniería Civil en Stanford University, California, EE. UU.; puede ser contactado vía e-mail: mavidal@stanford.edu.
“De todas las fuerzas de la naturaleza, pienso que el viento contiene la mayor cantidad de energía.”
– Abraham Lincoln.
La energía es el catalizador fundamental para el desarrollo de las naciones. Sin energía, las sociedades están obligadas a detener el crecimiento y eventualmente a deteriorarse. Los países en desarrollo, como la República Dominicana, se enfrentan a muchos obstáculos a medida que impulsan el progreso. “La energía es uno de los aportes esenciales para el desarrollo socio-económico” (Mathew 1). Según Volkmar Lauber, profesor de la Universidad de Salzburgo, Austria, para que las naciones en desarrollo establezcan un desarrollo sostenible y alivien la pobreza, deben facilitar el acceso a los servicios de energía a precios asequibles (83). El suministro adecuado y sostenible de la energía es esencial para establecer una base sólida para el crecimiento de las naciones como la República Dominicana. Al contrario, un suministro inadecuado de energía es una invitación a crear impedimentos y luchas innecesarias que diluyen las habilidades de desarrollo de una nación. Desafortunadamente, la República Dominicana tiene un suministro de energía insostenible e inadecuado.
La República Dominicana posee ciertos problemas en el ámbito energético, los cuales impiden su desarrollo. Uno de esos problemas es la escasez de confianza que se le aporta al sector energético debido a la falta de suministro, y como resultado de esta deficiencia, “los cortes de energía han afectado al país en gran magnitud, causando malestar social y reclamaciones del sector privado” (GTZ 82). Durante el año 2008, el país se manejó con un déficit de 374 megavatios (Mw) mensuales de promedio (GTZ 82). El profesor Lauber afirma que la falta de energía limpia y asequible tiene graves consecuencias para la salud, la calidad de vida, y la economía (84).
La Comisión Nacional de Energía (CNE) describe efectivamente cómo no sólo hay una falta de energía, sino también un “círculo vicioso” de crisis financieras entre las empresas de distribución, falta de inversión en fuentes de energía, un fallo constante en los pagos de electricidad, y la presencia de una cultura de fraude (60). Además, la CNE también expresa que la alta dependencia del petróleo, la pérdida de confianza de los inversionistas privados y los consumidores, y las altas tarifas de electricidad, son asuntos que se van acumulando en la lista de problemas de energía en la República Dominicana (60). A esto se agrega que, de los 3,191 megavatios que alimentó la matriz eléctrica en 2009, el 84% procedía de los combustibles fósiles, principalmente de fuentes de petróleo que el país no produce (GTZ 82). Esto significa que la nación depende de fuentes importadas, de altos precios y contaminantes, que impedirán cualquier posibilidad de lograr un método sostenible de generación energética. A menos que se logre implementar un método alternativo más sostenible, la República Dominicana se enfrentará a muchos más años de círculos viciosos, consecuencias graves, y se encontrará frente un camino turbio y contaminado.
Con el fin de adoptar un abastecimiento energético más sostenible y confiable, el “círculo vicioso” debe llegar a su fin. En el año 2000, la nación inyectó aproximadamente 39 millones de libras de dióxido de carbono a la atmósfera debido al consumo de energía (SEMARENA 98). Existen diferentes opciones para el suministro de energía, no obstante, la energía eólica podría representar una nueva luz y esperanza para el país. Mediante la implementación de nuevas tecnologías, se podría lograr que “el viento se convierta en uno de los métodos más rentables para la generación de electricidad”, haciendo el mercado de energía eólica, el de más rápido crecimiento de las energías renovables (Boyle 244). Según el profesor Lauber, los países en desarrollo están reconociendo cada vez más las diversas ventajas que ofrecen las energías renovables, incluyendo la de proveer una energía limpia, independiente de las importaciones de combustibles fósiles, capaces de proporcionar la sostenibilidad energética (86). La cuestión está en si la República Dominicana sea capaz de asumir y desarrollar la energía eólica como fuente de energía, y a la vez, equilibrar todas las preocupaciones actuales con respecto al impacto en el medio ambiente y los factores económicos y sociales.
La energía eólica tiene un gran potencial para desarrollarse en la República Dominicana. Históricamente, el viento ha sido utilizado durante miles de años para moler grano, bombear agua, e impulsar las velas para embarcaciones (Mathew 2). En la actualidad, la energía eólica está siendo aprovechada para la generación eléctrica mediante aerogeneradores. No obstante, la desventaja de su uso radica en si el terreno donde se instala tiene la capacidad o no de proporcionar una velocidad del viento suficiente para maximizar la salida de energía de una turbina eólica. De hecho, el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (National Renewable Energy Laboratory), una rama del Departamento de Energía de los Estados Unidos (US Department of Energy), llevó a cabo un estudio sobre el potencial que la República Dominicana posee para generar energía del viento. Según la investigación, hay cerca de 1,500 kilómetros cuadrados (km2) de tierra que podrían apoyar más de 10,000 megavatios (Mw) de capacidad instalada, los cuales pueden ser totalmente comercializados. Estos 10,000 megavatios (Mw) son suficientes para triplicar la demanda eléctrica del país. Otra cuestión a tomar en consideración es si es factible explotar el viento como un recurso comerciable, estimulando así el desarrollo y progreso para la República Dominicana.
La viabilidad ambiental, económica y social de dicho plan puede ser determinado por un estudio de caso sobre el avance actual registrado del primer parque eólico en la nación. Según José Rodríguez, Director de Desarrollo de Negocios en la Empresa Generadora de Electricidad de Haina, también conocido como EGE-Haina, el parque eólico está dividido en dos proyectos: “Los Cocos” y “Quilvio Cabrera.” A pesar de que están en el mismo lugar, los dos proyectos tienen diferentes inversionistas. El proyecto de Los Cocos constará de catorce (14) aerogeneradores, una generación de 25.2 megavatios (Mw), y el 100% de inversión privada por EGE-Haina. El proyecto de Quilvio Cabrera constará de cinco (5) aerogeneradores, una generación de 8.25 megavatios (Mw), y el 100% de inversión privada por el Consorcio Energético Punta Cana – Macao (CEPM). Los diecinueve (19) aerogeneradores se ubican en la región suroeste del país, específicamente en la provincia de Pedernales, entre los pueblos de Juancho y Los Cocos. El parque eólico requiere un estimado de 100 millones de dólares y comenzó en marzo de 2010. Se tiene como meta completarse en el verano de 2011 (Rodríguez). Estos datos describen el parque eólico que se utilizará como caso de estudio, para analizar las preocupaciones ambientales, económicas y sociales y las posibles respuestas de mitigación que existan.
Las inquietudes ambientales que giran alrededor de estos parques eólicos se basan en críticas generales acerca de la energía eólica. Las preocupaciones fundamentales se basan en el riesgo de que los huracanes puedan destruir las instalaciones físicas. El parque eólico también presenta posibles riesgos para el hábitat natural existente, incluyendo la flora y la fauna; otras críticas destacan el peligro potencial de mortalidad de aves que chocan con las hélices de los aerogeneradores. Reconociendo que éstas son preocupaciones legítimas en relación con los riesgos ambientales involucrados, existen argumentos que mitigan estos riesgos.
La evidencia muestra que las preocupaciones relacionadas con la flora, la fauna, y los huracanes pueden ser aliviadas. La incidencia de que ocurran accidentes relacionados con aves es relativamente baja; las fatalidades de aves provocadas por accidentes se limita a una a dos aves por turbina por año en lo peor de los casos; en la mayoría de parques hay mucho menos o cero fatalidades (Boyle 276). Además, no se han identificado riesgos para las rutas migratorias de aves a causa del parque eólico dominicano (Rodríguez). De la flora y el resto de la fauna, no se presentaron amenazas de las especies de la zona. Aparte de esto, Rodríguez afirma que los aerogeneradores están preparados para reaccionar de manera positiva en la presencia de un huracán. Estas son respuestas prometedoras que facilitan las preocupaciones presentes respecto a los aspectos ambientales… no sólo se pueden aliviar las inquietudes, sino también generar beneficios para el medio ambiente.
En comparación con los combustibles fósiles, el viento ofrece otros beneficios ambientales que inciden indirectamente en la sociedad de una manera positiva. Según Rodríguez, Los Cocos y Quilvio Cabrera reducirán aproximadamente 70,000 toneladas de dióxido de carbono al año. La Comisión Nacional de Energía afirma que las plantas de energía que queman combustibles fósiles emiten contaminantes que causan problemas ambientales relacionados con el cambio climático, la lluvia ácida, y el deterioro de la salud humana (37). Estos problemas causados por el uso de combustibles fósiles pueden ser eliminados utilizando el viento como un recurso. Por ejemplo, la energía eólica puede reducir los “impactos de salud que se derivan no sólo en cuanto al sufrimiento físico, sino también en un daño económico el cual se ve reflejado en mayores costos de atención de salud y la reducción de días de trabajo productivo” (Redlinger, Andersen y Morthorst 151). Por igual, si se utiliza el viento como fuente de energía, los contaminantes que emiten los combustibles fósiles no serían liberados en el aire, reduciendo así el riesgo de afectar el cambio climático y la creación de lluvia ácida. Sin duda alguna, la energía eólica ofrece compasivos beneficios ambientales que los combustibles fósiles simplemente no pueden.
Por otra parte, la evaluación de las angustias económicas que rodean la energía eólica en la República Dominicana es de interés sustancial. Desde una perspectiva global, la energía eólica requiere de un capital significativo (Tiwari y Ghosal 391). Esto es válido en la República Dominicana, donde “los costos de generación son más altos que los de carbón y plantas de gas natural” (CDM Los Cocos 30). Esto es de principal preocupación debido a los incentivos adicionales que se necesitan para atraer inversionistas que posiblemente vean el alto costo de capital y generación como una inversión menos atractiva.
A pesar de que la energía eólica es una de las fuentes de más rápido crecimiento mundial de las energías renovables, los combustibles fósiles todavía tienen una ligera ventaja porque requieren menos inversión de capital y costos de generación. No obstante, la política gubernamental a nivel nacional puede ayudar a proporcionar incentivos para desarrollar fuentes de energía renovables. La ley No. 57-07, sobre Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y de sus Regímenes Especiales, aprobada en 2007, ha ofrecido incentivos para desarrollar energías renovables. Ejemplos de incentivos previstos por la ley incluyen la exoneración de un 100% sobre los derechos de importación y el impuesto sobre las ventas de equipos, maquinarias y accesorios necesarios para la producción de energía renovable (GTZ 88). Otro incentivo es la exoneración de un 100% por 10 años de impuesto sobre la renta para las empresas o individuos beneficiados por esta ley hasta el año 2020 (GTZ 88). Estos son algunos de los incentivos establecidos en la legislación que ayudarán a persuadir a los inversionistas para que puedan competir en contra de los combustibles fósiles en el país.
El desarrollo de Los Cocos y Quilvio Cabrera proveerán beneficios económicos que influirían positivamente en la nación. Según César Santos, Gerente de Negocios de Desarrollo en EGE-Haina, la provincia de Pedernales es una de las zonas más pobre del país; un porcentaje importante de los hogares viven en la pobreza y están desempleados. Ya que los parques eólicos se deben construir en las zonas rurales con mucho viento, el parque eólico podría ser esperanzador al convertirse en una oportunidad para la creación de empleos y aportar al desarrollo económico de la región. También podrían crear oportunidades para la mano de obra y los técnicos que trabajarán en la construcción y el mantenimiento del parque eólico. Es importante tener en cuenta que una planta de combustión de energía fósil puede crear empleo, sin embargo, la energía eólica además de crear empleos, tiene un impacto ambiental positivo. Otra ventaja económica es que el viento es un recurso ilimitado y gratuito otorgado por la naturaleza, mientras que los combustibles fósiles no lo son. Este hecho alivia la dependencia de la importación de combustibles fósiles a precios elevados, lo cual ahorrará al gobierno el desembolso de subsidios o la compensación de la diferencia monetaria cuando los precios del petróleo estén congelados. También, ayudará a lograr una generación de energía sostenible y eliminar así los problemas del círculo vicioso. En esencia, a pesar de las inquietudes relacionadas con el alto costo de capital y generación, la energía eólica tiene incentivos y otros beneficios que los combustibles fósiles no pueden ofrecer.
Las cuestiones sociales son de gran importancia debido a la interacción directa que los parques eólicos poseen con las comunidades. Los parques eólicos generalmente presentan temas sobre el ruido y el impacto visual que preocupan a las comunidades (Boyle 270). Es cierto que un parque eólico va a cambiar el paisaje de la zona física y que los aerogeneradores generan ruido, pero ambos impactos pueden ser percibidos y tolerados de forma positiva o negativa dependiendo de las opiniones de las comunidades afectadas. Algunas comunidades podrían percibir un parque eólico en un campo abierto como un detrimento de la belleza natural del paisaje. Por otro lado, algunos podrían ver un parque eólico como una potencial atracción turística debido a la disposición estética de los aerogeneradores. Por ejemplo, la British Wind Energy Association nota que los parques eólicos en el Reino Unido son lugares turísticos muy populares, al que acuden miles de personas anualmente (North Carolina Wind Energy Group).
Desde una perspectiva global, las pesquisas muestran que las molestias sociales pueden ser aliviadas en cierta medida. Las quejas debido a los niveles de ruido causados por las aerogeneradores pueden ser moderados porque a medida que la tecnología avanza, los “modernos aerogeneradores son generalmente mucho más silenciosos que sus predecesores y se ajustan a los requisitos de nivel de ruido de emisión” (Boyle 270). Según la American Wind Energy Association, un parque eólico a una distancia de 750 a 1,000 pies no es más ruidoso que un refrigerador de cocina (North Carolina Wind Energy Group). Algunos parques eólicos no encontrarán ninguna oposición debido a la distancia en que se encuentran con respecto a la comunidad. En cuanto al impacto visual de los aerogeneradores, la aceptación o desencanto depende de la percepción de los miembros de la comunidad. Con respecto a Los Cocos y Quilvio Cabrera, Santos afirma que el alcance comunitario mostró resultados positivos sobre la implementación de un parque eólico. No sólo esto, sino que la comunidad vio el parque como algo necesario para fomentar el desarrollo de la región. Aunque la sociedad es subjetiva y las opiniones difieren entre los países y regiones, la tecnología de los aerogeneradores ha evolucionado para mitigar los problemas de ruido, y el desarrollo de parques eólicos puede verse más aceptado en aquellas zonas donde la pobreza se encuentra en un mayor auge.
El potencial para el desarrollo de la energía eólica tiene una posición ventajosa en la República Dominicana. Los posibles aspectos ambientales, económicos y sociales de Los Cocos, Quilvio Cabrera y preocupaciones generales globales, pueden ser fácilmente mitigados. Con respecto al ambiente, el desarrollo de la energía eólica reduciría las emisiones de dióxido de carbono y demás contaminantes atmosféricos, mejorando de forma indirecta la salud pública y ambiental y el desarrollo económico de la República Dominicana. Desde un punto vista social, a pesar de la elevada dependencia de las opiniones subjetivas sobre el ruido y los efectos visuales, la tecnología puede eliminar los problemas de ruido. En definitiva, las comunidades en los países del tercer mundo, como la República Dominicana podrían valorar el impacto económico, por encima de los aspectos estéticos de un parque eólico. Sin embargo, esto no implica que necesariamente el estudio del caso de Los Cocos y Quilvio Cabrera sea suficiente para generalizar su impacto positivo en la implementación de parques eólicos en toda la nación. Lo que sí es evidente es que la provincia de Pedernales tiene el mayor potencial para generar energía eléctrica del viento según el estudio de NREL. Los Cocos y Quilvio Cabrera representan el primer paso para las soluciones y la colaboración para desarrollar esta fuente de energía renovable. En última instancia, la República Dominicana tiene una plataforma adecuadamente equipada – económica, ambiental y socialmente – para fomentar la energía eólica, sin embargo, estas no son las únicas condiciones requeridas.
Existe además, una cuestión clave que no implica tan solo la calificación de la viabilidad, sino que se refiere a los principios de la población. Un reconocido ecologista estadounidense, Aldo Leopold, escribió extensamente sobre la ética del medio ambiente y ofreció información importante sobre el tema del uso del suelo ético. “Para Leopold, los problemas ambientales plantean cuestiones fundamentales a los aspectos morales que tienen que ver sobre la calidad de la sociedad humana y su dirección” (Elliot y Opie). Leopold cree que hay una conexión entre el hombre y la tierra, por lo que es una responsabilidad moral de los seres humanos, mantener la integridad de sus tierras. Esto no se refiere a la aplicación de severas restricciones al uso del suelo, sino más bien el uso de la tierra en beneficio del ambiente y del pueblo. “Como el pueblo se comporta hacia su medio ambiente revela su cultura” (Elliot y Opie). Las naciones actúan responsablemente al cuidar su tierra y al saber utilizarla sabiamente para mejorar la calidad de vida de las personas y el medio ambiente; esta es la plataforma de principios que la gente debe valorar con el fin de usar efectivamente la tierra. La República Dominicana puede ser pragmática sobre el uso ético de la tierra mediante el desarrollo de la energía eólica que mejorará la calidad de vida, el medio ambiente, y ayudaría el progreso de la nación.
El desarrollo de la República Dominicana es un reflejo de la forma en que el país utiliza sus recursos y la tierra para lograr el progreso. Las consecuencias causadas por la generación de energía insostenible también afecta la calidad de vida y el medio ambiente. Debe estar en el interés de la nación y el pueblo dominicano el mejoramiento de la calidad de vida y el cuidado del medio ambiente, ya que éste aportaría resultados de larga duración para promover el desarrollo. La República Dominicana debe de tomar en gran consideración esta reflexión, a fin de poder alcanzar un mayor desarrollo y progreso en un ámbito de crucial importancia para el país.
La cara del cambio reside en el uso pragmático de la tierra y los recursos. Si se usa el viento como una fuente de energía primaria, tanto el país como el medio ambiente se beneficiarán. La energía eólica es una solución limpia y sostenible al problema energético que puede asistir en el desarrollo de la República Dominicana. La Comisión Nacional de Energía destaca la importancia de la diversificación de fuentes de energía (9), y también afirma que el 100% de la demanda eléctrica será suplida en 2011 (44). Logrando esto, se ayudará al desarrollo y a la seguridad energética de la nación. La diversificación de energía es necesaria, sin embargo, deben existir mayores fuerzas, motivaciones e influencias para promover la energía eólica, logrando una mayor generación de energía sostenible. Independientemente de si las necesidades energéticas del país se satisfacen, se deben buscar soluciones alternativas que eviten la dependencia de combustibles fósiles importados. Dicha dependencia sólo mantendrá el círculo vicioso e impedirá el posible crecimiento del país. El desarrollo de la energía eólica en la República Dominicana incluye beneficios ambientales, económicos, y sociales, aportando así una nueva luz para el progreso de la nación.