Río San Juan.- Los moradores del barrio Santa Lucía amanecieron con un poco de respiro. El cese de la lluvia ha permitido que el agua ya no le llegue al cuello en sus viviendas.
Sin embargo, tras tres días con sus casas inundadas, el daño a su estructura y ajuares les ha impedido regresar a sus hogares y permanecen desplazados en casas de familiars.
Soñar con que se normalice la cotidianidad es por ahora imposible. Los niños aún no pueden regresar a la escuela. Así lo ha determinado el ministerio de Educación para prevenir desgracias personales, que hasta el momento no se ha reportado el primer caso en la zona.

Hacía lucia la esquina conformada por el bulevar Dominguez González y la calle Duarte, frente al otrora supermercado Fermín.
Esta semana visitó el municipio una Comisión de ONESVIE, Oficina Nacional De Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad De Infraestructura y Edificaciones y el INVI, Instituto nacional De La Vivienda, conjuntamente con la Gobernación Provincial y El Ayuntamiento Municipal de Río San Juan, para evaluar los daños.
Se fueron sin dar muchas explicaciones, aunque sí enterados del número de damnificados y sus carencias y necesidades.
En el sector de El Bronx, en donde desde la semana pasada las inundaciones compiten con la precariedad estructural de sus casuchas, los ajuares estilan agua, mientras sus residentes contemplan con tristeza el deterioro.
Prácticamente lo perdieron todo, aunque la comisión dijo no haber encontrado ninguna vivienda que calificara para reparación. A decir de sus moradores solo traerán algunas donaciones en los días venideros para los afectados.
Es lo que la junta de vecinos Buenos Aires y el Batallón Comunitario han venido realizando en los últimos días. El lunes volvieron a distribuir entre los moradores la comida de la jornada escolar extendida entre los damnificados.
Fue decisión del distrito escolar 14-03 conjuntamente con Eddy López sud director distrito.
El lunes el río La Manteca y Muchas Vueltas se desbordaron produciendo inundaciones en el sector la Coyera, una zona distante del casco urbano, que tampoco ha escapado al desastre.
No menos calamidades han sufrido los comerciantes y residentes de la céntrica calle Duarte, en donde el agua era la protagonista.
Ni qué decir de la entrada. Era una laguna que cuyo cauce amenazaba con adueñarse de las instalaciones del otrora supermercado Fermín, la parada de Caribe Tours y la estación de gasolina Texaco, entre otros negocios afectados.
Este martes el recuentro de los daños es cuantioso, a tal punto que el presidente Danilo Medina ha declarado esta provincia en Emergencia Nacional.
Aunque lo más importando se ha salvado. Hasta el momento no hay desgracias humanas qué lamentar.
La esperanza es que, ante el panorama de más lluvia para el fin de semana, esta última estadística se mantenga.
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