
Vista panorámica del local.
Río San Juan.- Ansiosos por que sus hijos se beneficien de una educación de calidad impartida en su lengua materna, un grupo de ciudadanos dominicofranceses se fijaron como meta su propia escuela.
Fue en el año 2000 cuando constituidos en la Asociación de Padres de Estudiantes sin fines de lucro crean la Escuela Francesa de la Costa Verde.
Al principio, este objetivo pudo realizarse en parte gracias al Centro Nacional de Enseñanza a Distancia (CNED), que propone clases concebidas por profesores de la Educación Nacional Francesa en estricto cumplimiento con el programa oficial.
Algunos de los padres de estudiantes se comprometieron en impartir docencias de la mejor calidad que estuvo a su alcance a una quincena de estudiantes tantos dominicanos como franceses. En el momento, las clases cubrían los niveles de preprimaria y primaria.
En poco tiempo, los estudiantes y los profesores vieron su proyecto, realizado en una casa convertida en escuela, ganar tanta importancia que en el 2010 la matricula estudiantil es de sesenta niños inscritos.
Así mismo, la Escuela Francesa ganó no sólo en cantidad de estudiantes sino que también en calidad de enseñanza ya que rápidamente, la Asociación de padres se concentró en un objetivo educativo muy claro.
Como al cabo de tres o cuatro años, ya se empezó a proponer clases a nivel del colegio, y hace dos años a nivel de liceo, o sea hasta el bachillerato, se decidió que la enseñanza ya no podía solamente depender de la buena voluntad de algunos padres, sino que había que buscar profesores con títulos universitarios.
Sin embargo, a pesar de la mejora cualitativa de la enseñanza y del aumento de estudiantes, cuyas orígenes son más diversas cada año y dan una dimensión internacional a la escuela, las tarifas de la Escuela Francesa se quedaron de forma deliberada razonables de manera que sea accesible a los que no tienen muchos recursos pero que valoran la educación monolingüe que se ofrece.
A pesar de que era difícil encontrar un profesor cualificado hace cuatro años, ahora se hace difícil elegir entre los cientos de candidaturas que se recibe a cada oferta de empleo. Desde dos años, tenemos a un equipo pedagógico fijo, compuesto de profesores francófonos venidos específicamente para enseñar aquí en el país. Las dos profesoras de preprimaria tienen sus títulos, uno francés y la otra de Bélgica, cada una con una experiencia respectiva de dos y cuatro años.
Los dos profesores del nivel de primaria tienen diplomas universitarios, uno tiene una licenciatura de historia y de geografía y enseño tres años en una escuela privada en Francia, la otra tiene una maestría de Francés Lengua Extranjera y enseña desde dos años en la escuela. Estas cualificaciones han permitido impartir una enseñanza independientemente del CNED mientras que se sigue en los niveles superiores con dos profesores para unos veinte estudiantes. Uno enseña desde nueve años en la Escuela Francesa y tiene un diploma universitario de electrónica informática y la otra tiene una licenciatura de Inglés mención Francés Lengua Extranjera y enseña desde seis años. Así, la Escuela Francesa ha alcanzado su objetivo cualitativo a nivel de su equipo pedagógico y gracias a este criterio se puede dirigir a los organismos responsables de homologar las escuelas francesas en el extranjero.
Su red de colaboradores cuenta entre otros el Liceo Francés de Santo Domingo, la Librería Francesa y el Ministerio de Educación Dominicano. En fin, la Escuela Francesa de Río San Juan y de la Costa Verde necesita a todos para ayudar a ofrecer la mejor educación posible y la enseñanza a unos sesenta niños, la mitad de ellos proviniendo de su país de recogida.
Es con este espíritu que se decidió organizar un torneo de golf el año pasado y otro este año, además de la Fiesta de la Cerveza, los cuales se realizaron el pasado fin de semana. Todos los beneficios, las donaciones y otros recursos generados se destinarán a la Escuela Francesa de la Costa Verde. También las posibilidades de apadrinar a un niño se multiplican y estas demostraciones de apoyo, más y más numerosas, en conjunto con las organizaciones de eventos que se piensan repetir cada año, dan la esperanza de alcanzar un nuevo objetivo: ¡la construcción del local propio de la escuela!