Queens, Nueva York.- La tarde del sábado 30 de mayo será inolvidable para el prospecto rionsanjuanse de los Mets de Nueva York, Fernando Martínez. En presencia de sus padres conectó su primer hit en las Grandes Ligas.
Es algo que quizás presentía e invitó a sus progenitores a presencia el juego en primera fila en el Citi Field. Y su hit fue como un regalo de madre. Su mamá saltó, brincó de la emoción detrás del dogout de los Mets cuando en el tercer inning vio cómo un roletazo conectado por su vástago pasó a la derecha de la segunda almohadilla y entre el guante del intermedista, para internarse en los jardines.
Al llegar a la primera almohadilla, el joven prospecto de 20 años lucía nervioso, exitado. Miró hacia las gradas, pidió la bola y tras llegar al dogout pidió la firmaran todos sus compañeros y luego la entregó a sus padres. Ito, su papá, miró con orgullo la pelota y luego se concentró a seguir viendo a su nuevo orgullo jugar en el jardín derecho con su número 26. Habían venido desde Río San Juan expresamente para el partido.
"Mi primer hit en las grandes ligas, eso es algo increíble para mí," dijo Martinez al final del partido. “Hoy me siento más cómodo el plato”, agregó.
Cuatro partidos y nueve turnos necesitó Martínez para lograr conectar la bola por terreno de nadie en las grandes ligas; y para que no quedara duda, en su siguiente turno en la quinta entrada conectó una línea dura que se internó en las paderas para su primer doble, y su segundo hit del partido. “Me siento aliviado por haber conseguido mi primer hit de esa manera”, dijo.
Sin embargo, no todo fue felicidad para el joven prospecto subido el pasado martes de triple A, donde bateaba .291 con 8 jonrones, 15 dobles y 28 carreras empujadas en 42 partidos con la sucursal de los Mets en Buffalo (Liga Internacional). Fue criticado porque no corrió rápido a cortar una línea conectada por el receptor de los Marlins, Ronny Paulino, permitiéndole que se convirtiera en doble. Ya le había ocurrido en su segundo partido el miércoles.También, en la novena entrada del partido de ayer se ponchó chequeando el swing con hombres en primera y segunda, y su equipo terminó perdiendo 7 carreras por 3 ante los Marlins.
En conclusión, el partido fue una probadita de la realidad de estar en Grandes Ligas y una muestra de las dos caras de un novato: una enseñando su poder al bate, y la otra, la acostumbrada perdida de un novicio, que por estar en un equipo de Nueva York también recibió las rechiflas de los fanáticos, enseñándole lo exigentes que son los fanáticos en esta urbe.
Y esto Martínez lo tomó con filosofía, incluida la derrota de su equipo. “Está bien”, dijo el riosanjuanense. “Lo conseguimos mañana”, sentenció.