Para estas fechas su casa se teñía de un despliegue de lentejuelas, telas carnavalescas, el entrar y salir de grupo de jóvenes, caretas, y por qué no, también de estrés. Llamadas de cancelación de orquestas, bullicio y también risas. Alguna comparsa de fantasía mostrando su coreografía con la canción Magalenha, o algún Alí babá… y de fondo su risa, única y eterna, porque cuando ella reía lo hacía de verdad y con ganas, y todos con ella.
Jamás tuvo un no por respuesta para nadie, porque ella veía soluciones en todo, hasta en aquello que parecía imposible, ella lo convertía en realidad, o al menos lo intentaba. Para ella no había discriminación, todos eran bienvenidos a su casa, hasta el más desconocido muchacho o muchacha de barrio, tenía las puertas de su casa abiertas.
A partir de 1997 que es cuando se funda la identidad cultural, Carnavarengue, los febreros de cada año eran todo un acontecimiento, empezaba a cobrar vida el más grande e importante de evento de toda María Trinidad Sánchez, gracias a un grupo de hombres y mujeres que se han dejado la piel en él. Fidelina José era una de ellos, la principal, el corazón y centro de tan majestuoso evento, la esencia pura de Carnavarengue.
Tras 3 años sin celebrarse esta importante fiesta, me es imposible imaginar Carnavarengue sin su presencia, sin luz, sin el alma en sí, porque eso era Fide para tan significativa celebración y para ella Carnavarengue y sus carnamares lo eran, después de su familia.
Recuerdo que un día me dijo: ‘’No hay peor cosa que aquello que no depende de mí, y que está en manos de otros. Lo que depende mí está garantizado al cien por cien. Pero lo que no, me genera hasta dolor de cabeza’’. La miré y supe que lo que decía era cierto, ella sabía bien de esas cosas, casi hacer magia era lo suyo. Eso de ver el vaso medio lleno donde otros lo veían vacío, era lo suyo.
Ojalá no tener que estar hablando en pasado. Ojalá su eterna ausencia sea solo una de esas pausas con las que ella amenazaba cada año cuando se sentía desbordada y decepcionada tras las propias condiciones y limitaciones que con el paso del tiempo se apoderó de Carnavarengue. La pérdida de Fide es un gran golpe para Carnavarengue y el pueblo pueblo. Ella era la persona en la que todo aquel que quería realizar alguna obra filántropa en favor de Río San Juan, confiaba, yo fui testigo de alguna de esas reuniones en privado. Ella era un mediador para grandes logros en favor de otros.
Todavía, excepto aquellos que siempre estuvieron junto a ella, los que como ella se han dejado la piel en Carnavarengue. Aquellos que confiaron ciegamente en ella, la siguieron, la apoyaron. Los que como yo crecimos entre moldes para caretas, entre almidón de yuca, papel de periódico y cemento. Entre trajes de fantasía marina. Entre oportunidades de poder subir a tarima y bailar o presentar el escenario más original en toda una provincia, el país y el Caribe. Todavía, el resto, ajeno a todo el esfuerzo, ignorante a la pasión que ella tenía por el carnaval y por su pueblo, no sabe el significado que tiene para este pobre municipio perder a Fide, porque con su partida de este mundo, el arte libre, el amor por la cultura queda huérfano. Y no hay peor que un pueblo sin cultura en el arte y sin personas que enseñen con pasión y que desborden pasión, que contagien, que ofrezcan oportunidades sin lucro alguno, como lo hacía Fide.
Casi tres años se cumplirán de su partida, la que llegó en medio de un encierro mundial, que impidió ser despedida por su pueblo. Confío en que este año, durante la celebración del carnaval marino, se haga una mención especial y que se guarde un minuto de silencio en memoria de nuestra Fide. Espero, que para el 2024, ya con la Laguna en condiciones para la celebración del Caranavarengue de dicho año, en su espacio original, se lleve a cabo el mayor tributo en honor a la madre sempiterna de nuestro Carnavarengue. En su escenario más amado por el que, junto a tantos hombres y mujeres, trabajó día y noche durante 24 años.
El Comité Organizador tiene por delante un gran compromiso para que el legado de esta inigualable mujer no desaparezca. 'La historia no recordará la sangre, más sí los nombres'.