Haití está ahí. Es una república embargada, tan grande y real como todos sus
kilómetros cuadrados. Y, como dice Mir, tiene "un buen pedazo de cielo" que cobija a
sus millones de humanos. Haití ha tenido un sueño por mucho tiempo pateado. Tiene
una historia heroica, como son las historias de todos los pueblos, y tiene también poetas
esperanzados…Haití necesita el apoyo de un buen vecino sensible ante su condición de
pueblo derrotado. Si no vamos hacia Haití con la decisión de asumir compromisos
solidarios en todos los espacios de nuestra vida en común, de nada servirá ningún
tratado, discurso retórico, compromiso formal o protocolo diplomático.
