Hoy estuve visitando el neumólogo de la familia, Orlando Esturla, para una certificación que necesitaba mi hijo por estar padeciendo de Covid19. Me informaron que el Dr. estaba de viaje, por lo que me senté a esperar la secretatia, quien tampoco llegó por experimentar problemas de salud.
Mientras estaba en el salón de espera, observaba una persona que estaba trapeando el extenso piso del nivel 3 de la Clínica, quien con una amplia sonrisa me saludó y de inmediato inició una conversación que resultó muy amena y divertida. Habló por varios minutos con buen ánimo y un humor envidiable, de algunos temas que podrían entenderse como irrelevantes, si lo viéramos con la actitud rígida y de seriedad que caracteriza a los sapiens.
Cuando hizo una pausa de su entretenida historia, aproveché para decirle, que en la vida lo más importante era hacer las cosas con una actitud positiva, sin importar el tipo de actividad que fuera. Lo hice porque al ver una persona realizando ese oficio con tanto entusiasmo y sentido del humor, me impactó de manera especial, por pensar en tanto que tendemos a quejamos de la vida y alguien en esas condiciones nos da esa lección.
Eso demuestra que la felicidad no está en lo material, podemos tener todo para vivir con suma comodidad, pero aún así sentimos el vacío espiritual y cierta inconformidad por entender que merecemos más. Pero al encontrarnos con personas que no poseen dinero ni bienes materiales, por lo que se ven precisados a realizar cualquier tipo de trabajo para sobrevivir, lo cual realizan de manera digna y alegre.
Aunque mayor fue mi sorpresa, cuando al terminar su labor, el amigo recién conocido, se encontró con una Dra, a quien saludó con su expresivo humor y quien de inmediato le preguntó por su salud. La respuesta del ensusiasta conserje , fue que hacía un par de días se había desmayado en el trabajo y lo habían llevado a emergencia, pero que ya se sentía mejor.
Para mi esto fue una gran experiencia y al mismo tiempo una importante enseñanza, sobre lo que significa la felicidad, el tener una actitud positiva y disfrutar de las cosas simples de la vida. Aunque lo repetimos a menudo no siempre tenemos consciencia de lo maravilloso que es hacer cada labor con energía y entusiasmo, sin importar que sea simple o muy compleja.
Vivir el momento y cada día como si fuera el último, con sus altas y bajas , pero en libertad es lo mas importante. Aprender, que no vale nada ganar el mundo si perdemos el alma, que no significa mucho llegar al final del viaje , sin ser capaz de disfrutar el trayecto.
Para ser feliz hay que abandonar los sentimientos negativos, principalmente el de quejarse por entender que merecemos más. Lo cual podríamos resumir en la historia de una joven, que se lamentaba de no tener los zapatos que quería y al entrar en un ascensor, se encontró con un señor con muletas y sin piernas, que la recibió con una exquisita sonrisa. Ella se quejaba por los zapatos y el señor sin piernas le sonreía a la vida.