Cuando Alemania cayó en las manos de Adolf Hitler todo el mundo se sorprendió. Parecía algo ilógico que un pueblo tan culto, con tanta tradición de conocimientos, de grandes filósofos, como Kant, Hegel, Feuerbach Marx, con una cultura de grandes científicos, músicos, novelistas y poetas. incluyendo que Martin Heidergger, considerado el más importante filósofo del siglo XX, aceptara ser partidario de un hombre que estaba medio loco.
Hay personas audaces, que no albergan la menor duda, que se sienten seguros de sí mismo, que inspiran a las personas que no tienen seguridad, las cuales se sienten profundamente atraídas por estos personajes. Esa inseguridad, ese miedo, hace que en un momento determinado sean víctimas de un loco audaz.
Eso fue lo que pasó en esa Alemania culta y hermosa, que sin darse cuenta empezaron a seguir a un demente como Hitler, pero quien era un gran manipulador, una persona segura de si, que actuaba sin ninguna duda, lo cual parece que encantó y confundió al pueblo alemán. Los resultados de ese error histórico todos lo conocen, la segunda guerra mundial.
Ojalá no se repita la historia en Estados Unidos, un País con gran tradición democrática, ejemplo para el mundo de tolerancia y respeto a los demás. Porque parece que en la mente del estadounidense hay un gran temor e inseguridad por el desarrollo de las minorías, de los afroamericanos, hispanos, musulmanes, LGBT, las mujeres etc.
Ojalá la historia no se repita y Estados Unidos por esa inseguridad que está mostrando en este momento, no permita que se repita una versión mejorada de Adolf Hitler, eligiendo la persona equivocada para que conduzca la primera Nación del mundo, cuyas consecuencias podrían ser más catastróficas que lo de aquel fascista demente que creó la Alemania Nazi.