Asumo plenamente lo que, a sus 94 años, expresó Clint Eastwood, excelente artista
cinematográfico, mientras dirigía su más reciente película: “No dejo entrar al viejo en que
me he convertido. Me mantengo ocupado. Hay que mantenerse activo, vivo, feliz, fuerte,
capaz. No dejar entrar al viejo criticón, hostil, envidioso, murmurador, lleno de rabia y de
quejas, de falta de valor, que se niega a sí mismo que la vejez puede ser creativa, decidida,
llena de luz y proyección”… (Pido a todos los viejos que andan por ahí que también
asuman lo que expresa Eastwood, para que puedan aportar, siempre con pasión renovada, al
mejor futuro de su país).
La buena vejez
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