Los precandidatos y precandidotes nunca confesarán sus ideas de derecha, por más que las
expresen implícitamente en sus proclamas y discursos. Con su fiel apego a las tradiciones
ideológicas que avalan un sistema clasista que evade toda reforma progresista, el
derechismo encubierto tampoco reta a una izquierda que no romperá su pasividad, por más
que la cuestionen. Sólo un político eminentemente chismográfico, Vincho Castillo, declara
su filiación ultra, sin ser candidato a nada, pues no cuenta con masas que lo sigan a ninguna
parte…(Definitivamente tenemos un sistema político híbrido y sin señales ideológicas
confesables).
