Estoy observando que la situación interna del PLD no se está enfocando acorde a la magnitud que implica, sino que quiere reducirse a tierra arrasada con Danilo y a algunos de su entorno más cercano. Esta cruzada está liderada por quienes en su momento fueron protegidos del ex
La supuesta “renovación”, hasta el momento no ha presentado absolutamente nada en cuestiones ideológicas y programáticas, sino simplemente que se ha quedado en una superficialidad infantil. Sus argumentos se reducen a un asunto de operatividad, como reducir el Comité Político y Central y a un mea culpa que versa sobre la no conectividad del PLD con la sociedad.
Ese grupo de “renovadores”, en definitiva, no tienen nada nuevo que ofrecer, porque en el fondo no tienen la más mínima comprensión de las razones que llevaron al PLD y su candidato presidencial a obtener un 10% del electorado. Por eso asumen un discurso agresivo hacia quien hasta hace poco era su líder y guía.
El problema del PLD no comenzó ahora por los resultados electorales, sino que sí inició con la división formal en el 2019 y continuó con la situación creada en la opinión pública con la persecución judicial a varios de sus dirigentes. Que recuerde nunca vi a ninguno de los “renovadores”, propugnando por una evaluación crítica y autocrítica después de la derrota y posterior división del PLD.
Pero ese sector que ahora se consideran los salvadores del PLD, en vez de tener la valentía de plantear sus criterios críticos, lo que hicieron fue buscar posicionarse en las estructuras máximas, como el Comité Central y Político. Levantaron las manos para todo lo que se aprobó y decidió, fueron partícipes directos de todas las decisiones que se tomaron, por lo que no tienen moral para presentarse como los diferentes y mesías del partido morado.
Al margen de las diferencias que se puedan tener con Danilo Medina, hay que reconocer que fue el artífice de llevar al PLD al poder, de convertir esa organización de cuadros en una organización de masas, lo que permitió la alianza con el PRSC para ganar las elecciones en el 1996. Y luego ser una pieza clave para que el PLD volviera al poder en el 2004 con Leonel Fernández.
La ingratitud del ser humano no tiene límites y más cuando está vinculada a la ambición desproporcionada, llegando a conformar criaturas capaces de devorar a sus progenitores, como hacen las víboras al nacer. Sólo eso explica la actitud que ese grupo ha asumido con Danilo.
Por las razones que fueran, Medina cargó con el peso de una candidatura, que nunca tuvo la más mínima idea de lo que es una campaña electoral. Un candidato que al margen de sus buenos deseos, no tuvo la capacidad de trabajar en equipos y con una visión clara de los objetivos estratégicos.
Por eso podemos colegir que esa campaña, a diferencias de todas los demás que había hecho el PLD, no definió sus ejes de campaña, sus propuestas, su línea gráfica, su discurso y su estrategia, a pesar del esfuerzo de Danilo y el partido. Lo que impidió una conexión real entre la propuesta morada y el electorado.
Esto en cuanto al candidato, pero además había un grupo interno que traicionó al PLD, que desde adentro trabajó como una quinta columna, informando y favoreciendo en todos los terrenos, hasta en el económico a otra organización de oposición. Esos dirigentes están todavía en el PLD y todos saben quiénes son, pero a esos los "renovadores" los ven como aliados.
Siendo Justo y con todo ese panorama, Danilo con sus características, enfermo de un cáncer, se dedicó a darle un poco de lo que le queda de vida para ayudar al PLD a quedar bien. En esas condiciones viajó por casi todo el País, a promover el candidato de su organización.
En la municipal hizo un papel honorable, el PLD sacó un 22%, con más de 800 mil votos, lo cual no pudo ser mantenido por el candidato presidencial, que lo bajó a un 10%. Por esto entiendo que es una iniquidad, querer satanizar a Danilo, que hizo todo lo humanamente posible para que su partido quedara en mejor situación.
Esto que he referido en este escrito, fue la consecuencia previsible, que me llevó a desvincularme del PLD, porque ya había observado que el liderazgo y autoridad de Danilo Medina, estaba siendo desconocido y utilizado por dirigentes de la organización, los cuales esperaban el momento oportuno para darle el zarpazo final.
Por lo que concluyo diciendo que la ingratitud es la que retira a Danilo Medina.