Tras mi artículo anterior sobre la desperdiciada oportunidad de decirle al Señor Presidente de forma clara y precisa de todos los problemas que afectan a Río San Juan, veo que muchos han mal interpretado mis palabras y solo voy a decir que fuera de cámaras se consiguen las mejores cosas.
Primero, para los que piensan que me dirigí a nuestro alcalde Alberto Alonzo, están muy equivocados, pues conozco plenamente cómo se maneja el protocolo ante la presencia del primer mandatario.
Creo que la exposición del Alcalde fue magistral y dirigió sus palabras hacia la sensibilidad humana del Presidente, lo cual destacó con hechos palpables durante la gestión pasada y presente de Danilo.
Es posible que no muy lejano podamos ver el resultado de esa intervención de nuestro Alcalde.
Creo que él debió de estar sujeto a un protocolo y no podía romperlo, así son las cosas de estado.
Ahí presente hubo muchas más personas que pudieron hablar francamente con el Presidente, pues existen urgencias en nuestro pueblo que son una verdadera emergencia, como el caso de más de 20 días sin agua potable.
A los críticos les digo que el Presidente está en el lugar y momento exacto, pues su grandeza es que está adecuado a una política contemporánea, de ahí su alto porcentaje de aceptación ante la sociedad.
Pero para sustentar lo que digo, veamos al mayor líder de la oposición destacando lo bien hecho del presidente. Me refiero al expresidente Hipólito Mejía, que a diferencia de Luis Abinader, ha sabido entender y adecuarse a esa política de hoy que muy exitosamente está llevando nuestro mandatario.
Hago público que admiro la política de Danilo Medina, con dos períodos de gobierno y sin mucho esfuerzo podría ir a un tercer período.
Reitero, se perdió una gran oportunidad, pero jamás he acusado a nuestro alcalde, pues quién sabe, solo él, qué le impuso el protocolo.
Le pido a mis seguidores, que en la medida de lo posible, se abstengan de comentarios, pues lo expuesto son totalmente criterios personales.
Quien tenga ojos para ver, que vea y quien tenga oídos para oír, que oiga.