COTUI.- El Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de Sánchez Ramírez condenó a 30 años de reclusión a Ammy Hiraldo Peña, encontrada culpable de la muerte de Yennely Duarte Hilario.
La tragedia ocurrió el 26 de marzo de 2024, cuando Duarte Hilario murió a manos de Hiraldo Peña, según determinó la investigación oficial.
El tribunal, integrado por los magistrados Ramón Emilio Peña, Mayrelis Lazala Jerez y Bolívar Reinoso, dispuso que la condenada cumpla la pena en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo Mujeres, en San Cristobal, bajo las medidas establecidas por la ley.
Con esta decisión, se cierra un proceso judicial que mantuvo en expectativa a la población de Cotuí y a la familia de la víctima, quienes reclamaban justicia desde el primer día.
Un hecho macabro
Ammy propinó alrededor de quince puñaladas a Yennely, acabando con su vida. Según la asesina durante el interrogatorio, esta fue la razón:
Señor, yo le había dicho que yo no quería estar con ella y ella me insistía.
Admitió que el acto fue premeditado, pues llevaba todo el equipamiento que un homicida necesita para cumplir sus objetivos tenebrosos.
Una vez hubo acabado con la vida de su amiga, Ammy roció el cadáver de Yennely con gasolina, con la intención de prenderle fuego, aunque no lo hizo.
Había comprado gasolina, la había recogido con su coche, llevaba un arma blanca y la llevó a un callejón.
Después de cometer el crimen, hacia las ocho y algo, Ammy se dirigió al hospital para curar sus heridas. Yennely intentó defenderse y la asesina salió herida con luxación en el hombro derecho, herida por arma blanca en la palma de la mano derecha de doce centímetros de longitud.
También laceraciones en el codo izquierdo.
Los esfuerzos de Yennely por sobrevivir no fueron suficientes ante la determinación y planificación de la homicida, Ammy. Las heridas de la asesina, según el informe médico, tardarán unos treinta días en curar. La familia de Yennely, por su parte, nunca más podrá verla sonreír.
A las 7:15 de la mañana del día siguiente fue encontrado el cuerpo sin vida de Yennely en el callejón Moncho, donde Ammy le había llevado con su coche y le había quitado la vida.
El Doctor Luis Manuel Núñez, médico legista de la Provincia Sánchez Ramírez, hizo el acta de levantamiento del cadáver. Yennely presentaba numerosas heridas de arma blanca en el cuerpo. Su cadáver estaba en el suelo, rociado con gasolina.
Además del cuerpo, la policía encontró en el lugar de los hechos un par de sandalias de color crema con marrón de la marca RealWoman, un pote de color blanco con el nombre de amoníaco puro, una toalla color rojo, manchada con sangre.
Además, un pote de color transparente, ensangrentado, donde Ammy echó la gasolina que compró en la gasolinera Hermanos Contreras, para quemar a la víctima.
A las dos de la tarde, la madre de la víctima, Yenny Hilario Sosa, se enteró de lo sucedido al salir del trabajo. Fue entonces cuando se dirigió al lugar para identificar el cadáver.
No fue hasta las ocho de la noche que la asesina se entregó en el Destacamento de las 30 Compañías de Cotuí y confesó el homicidio.






