“Lo cortés no quita lo valiente”, frase muy célebre de la gente mayor, es decir, por aquellas que tienen experiencia. Y es porque con los años es cuando se llega a entender su significado; por lo tanto, al considerarlas en una etapa temprana de la vida, se comprendería, que la cortesía es un comportamiento humano fundamental que ayudará a abrir muchas puertas, como las de la voluntad, la generosidad y el planteamiento de muy buenas ofertas u oportunidades tanto en el campo laboral, como en la familia y la sociedad.
A nadie le gusta hacer cola, esperar, ser gritado, ofendido o ignorado. Todas estas acciones al recibirlas en algún momento dado pueden generar pérdida de la paciencia y hacer que las personas respondan mal o actúen de la forma menos correcta; Allí es, entonces, donde se pueden generar actos de cortesía, y con éstos implicar valores de tolerancia, respeto, humildad e incluso de inteligencia.
¿Inteligencia? Sí, el ser cortés es ir un paso más adelante que la otra persona; y eso es ser inteligente, recordando que lo cortés no lo hace menos que los demás, al contrario, lo resalta, lo enaltece, lo deja como toda una dama o un caballero. Cortesía es sinónimo de educación.
Se pueden describir un sinfín de situaciones cotidianas en las que la cortesía te ha de cambiar un día, un momento, aportar algún aprendizaje o dejarte buenas experiencias. Pero tan solo dos casos son suficientes para comprender el de “Hacer de la cortesía un hábito”:
La cortesía en el bus
Un conductor de un bus está diariamente en contacto con una gran variedad de personas, lamentablemente muchas de ellas pasan por malos días y éstas al abordar el vehículo no son corteses sino más bien groseros. Es por ello, que el conductor se contagia y repite esas malas conductas pero con sus otros pasajeros (pagan justos por pecadores).
Pero si usted llega, con un aire diferente, radiante de alegría diciendo “¡Buen día!”, “¡Cóbrese señor, por favor!”, “¡Muchas gracias!”, “¡Que tenga un feliz día!”; puede asegurar que usted, con su buen hábito de la cortesía, habrá dejado una actitud positiva al menos a ese conductor, y que cuando éste se encuentre con otros pasajeros que hayan tenido un mal rato, habrá aprendido que siendo cortés se gana más y podrá fomentar la misma lección de cortesía que le ha aportado usted con otras personas, y éstas a su vez con otras, un “efecto mariposa”.
La cortesía en atención al cliente
Una recepcionista ha atendido diariamente a un gran número de personas, está cansada, está de mal humor y le responde mal a mucha gente, pero llega usted y con cortesía le dice: “Buen día señorita, ¿me podría ayudar con…?”, “Disculpe la molestia”, y la termina con “¿Se siente usted bien?, ¿le duele la cabeza?, ¿necesita una pastilla?”; no cabe duda que la recepcionista le dirá de muy buen modo lo solicitado.
En fin, lo importante es que en este mundo tan poblado, que crece y crece más, se haga de la cortesía un hábito y no una ausencia; para que se estimulen buenas acciones, porque la cortesía siempre traerá cosas buenas y jamás aportará algo negativo a una vida. Por lo tanto, recuerde usted que: “Lo cortés no quita lo valiente”.