Si los vientos siguen soplando en la dirección en que están, y las encuestas parecen apuntalar esa premisa, no es tarea difícil tener un diagnóstico en proyección de lo que ocurrirá el 15 de mayo venidero, cuando los dominicanos vayamos a las urnas para escoger las autoridades que administrarán la cosa pública para los próximos cuatro años. Si todos los sondeos serios y confiables de intención de voto apuntan en una misma dirección, y el tiempo se agota, ¿qué podría ocurrir que no fuera lo que esos estudios indican que ocurrirá? Como en toda contienda electoral nada es imposible, pero –como dice el pueblo- lo que está a la vista no necesita espejuelos…
Entre anillos
En la política dominicana, basta con que alguien adquiera cierta nombradía o celebridad para que, hasta inconsultamente, se constituyan a su alrededor esa especie de anillos o grupos absorbentes y aislantes al mismo tiempo, que todo quieren controlarlo. Esto se ve no solamente en torno a figuras relevantes de primer nivel en la política, donde los anillos ya son cuasi natura, sino también alrededor de candidatos a posiciones electivas congresualess y municipales, a muchas de las cuales parece agradarles ese “anilleo” lambonístico que –en verdad hay que decirlo- es más dañino que beneficioso. A muchos ha de picarles, así que a rascarse.
Como perico
Cuentan algunas lenguas de máuser, de esas que pululan por ahí, que tras el cierre del plazo para inscribir candidaturas a las posiciones electivas que estarán en juego el próximo 15 de mayo, hay quienes se han quedado como perico en la estaca, creyendo ser candidatos sin serlo, porque la(s) cúpula(s) de su(s) partido(s) no los inscribieron pese a ponerlos a firmar toda la documentación correspondiente. Hay más de un caso, y más de un partido donde se estaría dando esta situación, justificada por la dirigencia bajo el argumento de que “a veces son necesarios ciertos sacrificios”. Ya se oirá el griterío…