A lo largo del tiempo que lleva mi columna siempre he escrito sobre la familia, ya que sin temor a equívocos es la primera escuela de cada ser humano; es el lugar donde nacemos, nos educamos y nos desarrollamos.
Hace ya 44 años que la familia dominicana tiene un mes muy especial. El mes de noviembre el cual fue designado como Mes de la Familia por el decreto 1656 del Poder Ejecutivo; gracias a una solicitud del Movimiento Familiar Cristiano, con el fin de realizar campañas no sólo de recaudación de fondos, sino para la formación integral de las familias con el propósito de que éstas sean formadoras de personas, educadoras en la fe y promotoras del desarrollo integral de todos los miembros.
La organización de las Naciones Unidas (ONU) define a la familia como el núcleo primario y vital de la sociedad y de difícil sustitución, por ser el vehículo privilegiado para transmitir aquellos valores que ayudan a la persona a adquirir su identidad; por consiguiente según los patrones que observen los niños y niñas en sus familias, la escuela y el entorno que les rodea dependerá su formación carácter y lo que será en su vida adulta.
Es propicia la ocasión para que reflexionemos de la forma de cómo estamos actuando en nuestras familias y que debemos hacer para mejorar; es tiempo de que las familias se unan, se apoyen y se conozcan un poco más a fondo; cada miembro debe estar consiente que somos un núcleo donde debemos demostrar nuestra solidaridad, nuestro amor, nuestro respeto y educación, pero sobre todo los padre deben de tener siempre presente de que los hijos quieren ser como ellos, que son nuestro principal modelo a seguir, por consiguiente deben velar siempre por predicar con el ejemplo.
La importancia de la unión familiar radica en los múltiples beneficios que esta tiene para cada miembro de la misma: desde los padres hasta los hijos. Una Familia Unida aprovecha los momentos en que están juntos, disfrutan de los mismos y además puede superar mejor los momentos de crisis.
La calidad de esta unión es insustituible, para que se pueda construir el futuro de cualquier país es imprescindible que exista unión; Para finalizar quiero exhortar a todos a fortalecer sus lazos familiares y a educar con el ejemplo, porque de esto depende la felicidad y el futuro de nuestra nación.