Por los artículos, comentarios y continuas expresiones que realizo, muchas personas entienden que soy un budista militante, lo cual podríamos considerar como una interpretación no ajustada totalmente a la verdad. En realidad coincido con el budismo en la mayor parte de su filosofía, aunque hay algunas situaciones de las cuales todavía no estoy convencido.
Puedo decir que me identifico con el budismo en su concepto de que el Universo es todo energía, por lo que nada es casual, ni existe independiente, sino que todo ocurre como resultado de esa secuencia energética, de la cual todos somos parte. Por eso según los budistas, Dios es parte de cada quien, es el origen de esa energía y por lo tanto es el Universo mismo.
Los budistas establecen que el origen del sufrimiento es el apego, ya sea a cuestiones materiales o espirituales, por lo que la felicidad sólo puede existir cuando estás libre de apego, cuando eres capaz de vivir en libertad. Entienden los seguidores de Buda, que los pensamientos, sentimientos, emociones, celos, ira, etc. son el resultado de la mente, la cual ha sido condicionada por elementos externos, por la sociedad para que vivamos reprimidos y sin ser auténticos.
Entienden los budistas que la mente está dividida en una parte consciente que es la responsable de nuestras habilidades, destrezas y conocimientos. Además por otra parte llamada el inconsciente, donde está casi el 90% de las informaciones y de la cual no tenemos control, pero que existe y en cualquier momento puede surgir y provocarnos sentimientos negativos, la cual donde más se manifiesta es cuando experimentamos la soledad y el sueño.
Los budistas consideran que además de la mente o el ego como también le llaman, existe algo más profundo, que está detrás y constituye el final de una persona, es lo que llaman la conciencia, el ser o simplemente el testigo capaz de observar la misma mente. Entienden los seguidores de esta religión o filosofía de vida, que a través de la meditación, puedes sentir el parloteo de los pensamientos, la negatividad de los sentimientos y el sufrimiento que producen las emociones.
Consideran los budistas que sólo con el desapego puedes liberarte del sufrimiento, para vivir en libertad y permitir que los demás también lo hagan, porque según su filosofía, cada quien es responsable de su vida, por lo que no debemos imponer nuestros criterios, sino permitir que las cosas fluyan con naturalidad, sin etiquetarlas, sin considerar que son buenas o malas, sino sencillamente dejar que sean y que cada quien decida el camino que considere más apropiado.
En realidad puedo decir que tengo una gran coincidencia con el budismo, pero nunca he asistido a un templo, no me he confirmado con su religión y ni siquiera he tenido ningún tipo de contacto con los seguidores de esa filosofía. En verdad tengo todavía una diferencia con ellos y es en lo referente a la reencarnación, ya que los budistas creen que la vida es algo pasajero, que el cuerpo desaparece, pero que el alma regresa y reencarna en otra vida. No niego esta interpretación del budismo, pero tampoco estoy convencido de ella.
Hay muchos amigos que me han llamado en los últimos días, como una manera de manifestarme su solidaridad, amistad y apoyo en lo que entienden es un momento no favorable para mi persona. De todo corazón le agradezco su preocupación y muestra de amistad, ya que como dice el refrán, en los momentos difíciles es que se conocen los amigos, pero al mismo tiempo manifestarle que simplemente para mi he concluido un ciclo en la vida, lo cual anuncia el inicio de otro, no sé si más favorable o no, pero si DIFERENTE.
En este caso he actuado como un verdadero budista, sin apego y por ende asumiendo las consecuencias en plena libertad, sin sentirme lastimado, resentido ni triste, porque sencillamente tengo plena conciencia del daño del apego en nuestra vida. He logrado asumir esa filosofía de vida, que me ha enseñado a no apegarme a nada, a dejar que las cosas fluyan y a vivir en plena libertad.
Simplemente he cerrado un ciclo en mi vida, el tiempo se encargará de lo demás, el pasado está atrás , por lo que para mi no tiene ninguna importancia. Ese periodo de 7 años, seguro tuvo sus cosas buenas y malas, pero eso no es lo más importante, ya que la vida continúa y hay que vivir con intensidad cada día, el momento, el AHORA.