El comentario de esta semana quiero dedicarlo al triunfo de la Gallera Vieja en el pasado torneo de baloncesto superior en Rio San Juan, aprovechando la ocasión para expresarle mis más sinceras felicitaciones a su entrenador Luis Hernández, a los integrantes del equipo, a toda su fanaticada, pero en especial al trio de las incontenibles, Any, Pina y Liberty, a Pitter por sus aportes y arduo trabajo; a su hada madrina, Miguelina Alonzo; a su ente simbólico Mary Solana; y de manera muy especial a mi sobrino-hijo, Luis Felipe.
También quiero extender mis felicitaciones a los demás equipos participantes en el torneo, al equipo El Centro, quien aunque en esta ocasión fue descalificado en la primera ronda, siempre es un equipo contendor y de mística deportiva, encabezado por el elevado deportista, Heriberto Gil. Al equipo de Buenos Aires, que este año dejo de ser la cenicienta del torneo, contribuyendo a darle más calidad y competitividad al mismo, dirigido en esta oportunidad por mi hermano y deportista consagrado, Eduard Guzmán.
Al mismo tiempo quiero felicitar a toda la fanaticada por su integración entusiasta a esta fiesta deportiva, defendiendo y apoyando al equipo de su simpatía; a todo el equipo de apoyo, a los héroes anónimos, que trabajan y aportan desinteresadamente; al periódico Costa Verde DR, por la cobertura diligente, entusiasta e instantánea; al joven Vladimir Alonzo, por sus informaciones y comentarios atinados, que nos mantenían al tanto del más mínimo detalle, con unas estadísticas al estilo profesional. Al canal Faro Visión y su representante, Nengo Pareres, colaborador como siempre de las causas deportivas. Pero de manera particular agradecer y felicitar a Javier Ferreira, por su entrega, seguimiento y cobertura al evento, que nos permitió disfrutar del último juego desde Santo Domingo.
Pero como el que gana es el que goza, quiero hacer un reconocimiento especial a mi hermano Luis Hernández, por imprimirle una disciplina, mística y entusiasmo a su equipo, que permitió que siempre mantuvieran la frente en alto, recuperándose de las situaciones adversas y regresando con motivación cuando las circunstancias lo ameritaban. Felicitaciones Luis, eres una persona excepcional, con una condición especial que todo ser humano desearía tener, la de albergar un corazón lleno de bondad, solidaridad y desinterés hacia los demás.
A todo el equipo de la Gallera, pero sin que los otros se me pongan bravos, quiero felicitar a Moreno por reinventarse a sí mismo, por comprender que lo importante no es el ser individual en el deporte, sino ver el conjunto, el conglomerado, lo cual asimiló en esta oportunidad y se integró con entusiasmo y decisión, poniendo de manifiesto sus condiciones de excelente baloncestista, siendo una pieza clave en este triunfo. También sería injusto sino reconocemos los aportes de Jordi, con su defensa, motivación y energía positiva, que siempre fue de gran ayuda para la unidad y reacción del equipo.
Quiero además reconocer el papel de las incontenibles Any, Pina y Liberty, quienes nunca bajan la guardia, siendo un elemento de motivación de los fanáticos y jugadores. Quizás muchos en determinados momentos se incomoden con su estilo, pero hay que reconocer que son fanáticas fieles, con sentimientos y entrega a su equipo sin reservas ni condiciones, constituyendo la más elevada representación de lo que es un fanático fiel, entusiasta y entregado a su causa.
Finalmente quiero hacer un reconocimiento especial a quien sin lugar a dudas fue la pieza clave en esta victoria, con su primer año como novato demostró que tiene los mismos genes de su padre, competitivo, con grandes condiciones deportivas y capaz de crecerse en los momentos determinantes, me refiero a mi sobrino Luis Felipe, que para mí es más que eso, un hijo como Luis Osvaldo. Felicidades mi sobrino-hijo del alma, sigue por ese camino, manteniendo siempre la humildad, la disciplina y el espíritu deportivo y caballeroso sobre todo.
Nos veremos en la celebración, no me voy a perder la oportunidad de compartir con los gallerusus este momento tan importante y especial, equipo a quien tengo que apoyar por dos razones, primero por mi indiscutible simpatía y vínculos familiares con la barriada y segundo por la imperiosa necesidad de preservar la paz en mi entorno por el resto de mis días.