John C. Maxwell en su libro, "El lado positivo del fracaso", nos dice que no existe el fracaso como tal, pues toda adversidad lleva en su interior una semilla igual o mejor, o sea que siempre podemos convertir algo aparentemente negativo en positivo. Personalmente creo en esa filosofía y siempre le he aplicado en la vida con excelentes resultados.
Planteo esto a la luz de algunas discusiones que he visto en las redes sociales sobre la sindicatura y los aspirantes dentro del PLD, sobre lo cual voy hacer algunas precisiones y luego me tomaré la atribución de referirme a los protagonistas, por entender que tengo la autoridad personal y suficiente vinculación afectiva para hacerlo.
En primer lugar quiero dejar establecido cual es el criterio y la visión que se tiene sobre estos procesos eleccionarios, que en esta ocasión tendrán la particularidad de que serán unas elecciones complicadas, pues se realizarán juntas a las presidenciales.
En relación a la alcaldía de Río San Juan, que es el elemento alrededor del cual se ha generado el debate, el criterio predominante es de que el candidato o candidata será quien mejor esté valorado por la población, lo cual será determinado por mediciones o encuestas científicas realizadas por firmas autorizadas que realizará el Partido.
Todos los aspirantes no podrán ser Alcaldes, pero sí todos tendrán su espacio en la boleta y en el futuro Ayuntamiento, dependiendo de su real nivel de aceptación y apoyo, por lo que todos tienen el tiempo suficiente para hacer su trabajo y lograr un buen posicionamiento.
Es natural que en ese proceso los compañeros se inclinen para uno u otro aspirante, lo que sí es vital que esas simpatías no los lleven, por pasión o sectarismo a realizar una labor negativa con el objetivo de descalificar los demás, pues todos son del Partido y tienen igual derecho.
Ahora voy a permitirme referirme a tres personas, que por múltiples razones entiendo necesario hacerlo, para que quizás esto sea un factor que arroje luz ante los que en lenguaje popular son tipificados como "enchinchadores".
Primero me voy a referir a Anny Fernández, una mujer apasionada con las causas que abraza, militante fiel y leal de toda la vida al Partido. Comenzó desde la posición más simple en el Banco Agrícola, del cual ya es sub-gerente y espero que pronto llegue al eslabón más alto de esa institución.
Anny siempre ha sido parte del proyecto de Danilo Medina, el cual asumió con la pasión y característica de su personalidad desde un principio. En el proceso interno Danilo-Leonel, no vaciló en poner su cargo a disposición de la institución, si eso era una traba para apoyar su candidato. Es la madre de Luis Felipe, hijo de mi concuñado Luis Hernández y puedo decirlo, no solo una amiga y compañera, sino una hermana para mí.
Miguel Alonso, miembro de una familia a quien me unen lazos de extrema amistad y hasta casi familiar. Con Miguel vengo batallando, desde que en 1989 organizamos juntos las fiestas patronales, lo mismo con Gagari. Miguel es un lider comunitario natural, con una gran preocupación por los problemas de su pueblo, estando siempre dispuesto a las mejores causas y enfrentar intereses en ocasiones hasta peligrosos para su integridad personal.
Miguel es testigo que cuando anunció su retiro, en privado le manifesté mi desacuerdo y lo exhorté a retomar sus aspiraciones, porque entendía que en el poco tiempo que tiene iba bien y que podía hacer muchos aportes a la causa peledeísta. Parece que mi sugerencia, así como la de otros, surtió su efecto.
Doctor Marcelo Cordones, un joven profesional de la medicina que llegó como lo hemos hecho muchos a Río San Juan, buscando nuevos horizontes, estableciéndose desde hace más de una década como médico en el Hospital Desiderio Acosta. Lo considero un profesional intachable, de bajo perfil en las cuestiones sociales, pero con una hoja de servicios comunitarios que todos conocemos.
Militante de siempre del PLD, por lo que fue escogido para sustituir a la doctora Ureña como Director del Hospital, desde donde ha realizado una labor de administración y gerencia que han catapultado el Hospital.
En resumen son tres excelentes personas, compañeros y seres humanos únicos.
De todo esto vamos a sacar una lección, que es de convertir cualquier atisbo presentado de negatividad en una montaña de positividad. El PLD los necesita, vamos a seguir construyendo una poderosa maquinaria, un proyecto municipal diferente, trabajando todos en una misma dirección, como hermanos, compañeros y parte de una misma familia.
El tiempo se encargará de ir poniendo las cosas en su lugar y al final como es mi esperanza, todos sean parte de un proyecto colectivo, que anteponga lo general a lo individual, pero sin exclusión todos desde su espacio sean parte de el.