El presidente John F. Kennedy en su discurso de toma de posesión, en enero de 1960, pronunció una frase que marcó su abortado periodo presidencial, cuando fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 “No pienses que puede hacer tu país por ti, piensa, qué puedes hacer tu por tu país”
Sesenta años después la pregunta es válida para nuestro país. En aquel tiempo, que parece tan lejano y esta tan presente, los jóvenes pensábamos y actuábamos de otro modo, con actitudes diferentes, dábamos más de lo que pedíamos y lo que queríamos, trabajábamos y estudiábamos era para lograr lo que queríamos mediante nuestra propia gestión, éramos la generación que descubrió que podían matar el soñador, pero nunca podrán matar el sueño, como dijo el reverendo Ralph Abernathy en el panegírico ante el cadáver del inmenso Martin Lutero King.
Hoy día quedan pocos sueños, si es que sobrevive alguno que reivindique la libertad, la igualdad, la justicia, todo parece indicar que el tanto tienes tanto vales es la consigna de la juventud de hoy que se precia de la marca de la ropa y zapatos que viste y calza, por encima de la calidad del producto, su durabilidad, la composición de los materiales que contienen.
Vivimos un momento donde el modelo a seguir no es la mujer virtuosa, hacendosa, estudiosa, que comparte sueños, vigilias, trabajos, estudios, se aleja cada vez mas de su papel de guía, equilibrio, vivimos un tiempo donde el hombre se afeita el vello de la piel del pecho, se maquilla y coloca afeites sobre su rostro como una mujer, loamos y elogiamos, aplaudimos y elevamos gentuza que berrea palabras mal pronunciadas y brincan como monos de feria mientras enseñan los dientes y el despeinado que habla muy mal de su sentido de la higiene, esos son los modelos que se imitan, los tiempos son como para preocuparse,
En este escenario se organizan elecciones generales que incluyen Presidente y Vicepresidente de la República, Senadores, Diputados, Alcaldes, Regidores y funcionarios municipales menores. Estamos en la curva hacia las elecciones generales, es tiempo de una serena y profunda reflexión que responda; ¿Quiénes serán los candidatos? ¿Cómo serán seleccionados ¿Quién tiene calidad, en cada partido, para la depuración de los candidatos, uno por uno, cuáles son los niveles de exigencia, cuáles son las credenciales de moralidad, honestidad, espíritu de servicio, planes y viabilidad de estos? Mejor no sigo preguntando, es llover sobre mojado y la lluvia última se la lleva la corriente, pero la que tiene el mal, se queda, se siembra y produce funcionarios corruptos cuyas hazañas son conocidas desde antes de ser candidatos, pero no importa, en el camino se arregla la carga.