
Luis Tomás Candelario, ebanista, nativo de San Francisco de Macorís, llegó a Río San Juan a trabajar en la desaparecida factoría de arroz propiedad de Panchito Papaterra. Murió en el 1993 a los 77 años.
Como todas las buenas historias tienen segunda parte, leyendo y releyendo publicaciones pasadas en este medio, "me topé" con el artículo escrito por Francisco Rodríguez (a) Pancho a propósito de los 50 años del municipio de Río San Juan y que lleva por título "Nos estamos quedando sin viejos", al cual, sin ánimo de restarle valor pues hay que comprender que la lista es larga y el espacio es corto, deseo aportar mi modesta colaboración agregando algunos viejos que se le quedaron por fuera al articulista.
Comencemos con Fulvio Candelario, Venera y Mayía, los padres de Pedrito, a quien apodaban "Pedrito el de Venera"; Florito Acosta y Bojolo Acosta, Angel Guzmán (éste tiene el mérito de haber sido uno de los comerciantes más prósperos del poblado), Nicanor Estévez (la honradez personificada), Generoso Alvarado, Mundito Caraballo, Millo Fernández, Doña Carmita, la modista mamá de Julio Cepeda; Caró Balbuena, la mamá de Modesta Méndez y toda una pléyade de mujeres.
También Rafael Martínez, Dr. Rafael Bencosme, Pedrito Fricat, Baudilia, la mamá de Emma la esposa de Pérez Peña; Titín el papá de Quico y Leoncio, Juanico Adames el papá de Victoria Adames y una caterva más; Rubi Tucker, Doso Bonilla y Amantina, Prudencio López y Colasa, Dr. Epaminondas Toribio, Luis Fuentes, Carlos Williams, a quien cariñosamente llamaban sus alumnos "Señor Williams", Minito Alonzo, el papá de Leonel; José López (el alguacil), Juan Balbuena, apodado "Juan Peralta"; Amadeo Méndez (La Carrujeta), Sinencio Alonzo, Amadeo Adames (se ponía más bravo que un tango cuando le decían Pata Prieta), Alejo el marido de María Alejo, Ninito Méndez (a) Nino Rueda, Lala y José Peniche, y Marcasá el zapatero.
A estos agregemos también a Mocha, la mamá de Chencho José; Sergio Fernández y Matilde Balbuena, Miguel Balbuena y María Sánchez, Chilo Adames, Elpidio Caba, el padre de Haydée; Mino Pérez y Antonia Alvarado, Claudia Alvarado, Quico Balbuena, José Miguel Balbuena, Basilio Balbuena, Ramón Sehowerer y Buchuota (padres de Pedro Juan y Basilio, entre otros), doña Gloria Bidó -esposa del doctor Juan Bisonó-, Avelino (padre de Juaniquito y un fracatán de mujeres), Margosita (que vendía comida debajo de la mata de gri-grí que había frente a la tienda de Angel Guzmán), Julián "Finito", Enrique Díaz, José Pelagatos, Ulises Prats, Armando Manzanillo y Teresa Fañas, Lolita Fañas (que vendía la carne frita más sabrosa de Río San Juan), Mercedes Buen Gusto, Agripino (tenía un comercio en la esquina diagonal A Prudencio López), Mela (mamá de Jorgito y Diego Alonzo), Julio Martínez y Simona, padres de Salustiano el botero de la laguna; Juan Santos (apodado Juan Grande), Fefa la mamá de Afra, Mila y Liliana.
Y qué decir de Bolito y Bienvenido Silverio, Compé y Minga, Susa y Vicente, Fano Arias, Pedrito (a quien apodaban Compay Pedro), hermano de Pepe el barbero del famoso maletín de médico, y que a propósito, era mi compadre; a Faustino el hojalatero (recuerdo los jarros que nos hacía cuando éramos niños y unos anillos de hojalata que parecían de oro, y al compadre ya fallecido Moncito Bonilla, así como a Bienvenido el ebanista, todas personas honestas y trabajadoras como el que más, y muchos otros cuyos nombres que no acuden a mi memoria porque, como dice Pancho, ya nosotros somos los viejos.