En el día a día de nuestra existencia pasan hechos o se toman acciones que al pasar de los años, si verdaderamente crecemos con los errores, nos hacen más críticos, pensantes y calmados.
En ésta fiesta que ya está en su máximo esplendor y que culmina el próximo 15 de mayo, es una verdadera fuente de aprendizaje, pues es toda una variedad de opiniones ante un mismo hecho, persona o circunstancia. Así podemos ver a los llamados "pegaos" que hacen alardes de sus conexiones en las altas esferas políticas. También nos encontramos con los que manejan la información más confiable y por lado los grandes analistas. Al final nos damos cuenta que si aciertan en algo es por pura coincidencia.
Las informaciones se manejan de forma muy callada y sin darte cuenta ya tu información la sabe medio país, pero ese hecho no molesta porque da importancia y vigencia.
Hay un grupo que no es político, pero le encanta saber como andan las cosas y si inicias una conversación con uno de ese grupo, en apenas pocas palabras te das cuenta que está más informado que todo el mundo.
En la mayoría de los casos y a través de los años, noto que el escenario es el mismo, y ni los actores cambian, pues hay personas que solo se ven en campañas políticas.
El motivo principal de éstas palabras y su título es mi observación de como nos obnubilamos y nos hacemos en muchas ocasiones ciegos videntes.
No digo esto porque defendamos a los candidatos de nuestra conveniencia o preferencia, sino porque en ocasiones nos convertimos en necios defendiendo lo indefendible.
Quiero decirle a los políticos, estrategas, busca recompensas, en fin a todos los que de una forma u otra están en ruedo político, que inicien a no trabajar la política con el corazón sino con el cerebro. No olvido aquella máxima: "amor no quita conocimiento".