Ángel María Liz, hermano de mi abuela y por ende mi tío-abuelo, nació en Santiago de los Caballeros en 1890, se graduó de derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo-UASD-, en el 1910. Fue miembro del Partido Progresista que lideraba Federico Velázquez; tomó las armas en 1914 junto a un grupo de santiagueros para defender la ciudad de un cerco militar. En 1916 se opuso a la intervención Norteamérica y luego al Horacismo.
Se estableció en la ciudad de San Francisco de Macorís, donde empezó a ejercer su labor como abogado. Desde que se instauró la dictadura trujillista, fue severamente perseguido, por lo que fue despojado de sus pertenencias personales y el exequátur de abogado para impedirle que ejerciera su profesión. Estuvo 14 veces presos durante la dictadura de Trujillo, sumando un total de 12 años, por lo que fue llamado el Mandela dominicano.
Siempre mantuvo sus principios y honor, por lo que nunca se inscribió en el Partido Dominicano, resistiendo a las amenazas, torturas, encarcelamientos, así como a los ofrecimientos y tentaciones del poder. Por esto después de la muerte del dictador Trujillo, es declarado héroe nacional.
Sus hermanos Sixto y Alexis también fueron encarcelados al inicio del trujillismo, por lo que éste último logró huir a Cuba, donde pasó los 30 años de la dictadura y es de los fundadores, junto a Juan Bosch, del Partido Revolucionario Dominicano –PRD-.
Ángel Liz murió en 1973 siendo Presidente de la Junta Central Electoral, donde realizó en ésa época un gran trabajo de cambios en esa institución, que implicó la creación del Registro Electoral, que pasó a sustituir la cédula de identidad para votar en los procesos electorales.
Víctor Estrella Liz, su sobrino, hermano de mi padre y mi tío, fue brutalmente asesinado, acribillado a balazos en el Puente Juan Pablo Duarte en 1961, cuando esperaba la llegada de la OEA, para entregarle un documento con informaciones sobre la realidad del País. De este crimen fue acusado Cholo Villeta, uno de los esbirros de los remanentes del trujillismo.
Víctor Estrella Liz, nació en octubre del 1928, estudió medicina en la UASD y luego Finanzas. Fue profesor de la Escuela Superior de Peritos, la cual en la actualidad lleva su nombre, así como una vía del barrio Pidoca en los Minas Norte.
Es celebre su frase: "Mi sangre mía no pertenece a mi madre, ni a mis hijos ni a nadie, solamente a la Patria y por ella voy a morir". Un gran ser humano que murió en la flor de su juventud, con sólo 33 años como Cristo y Alejandro Magno. Mi cariño y amor a sus hijos, mis primos, que todavía me acompañan en este mundo: Amalia, Omna y Luisito.
Ambiorix Díaz Estrella, mi primo hermano, fallecido hace algunos años, fue ejemplo de nobleza, integridad y un ser humano incorruptible. Compañero de toda la vida de José Francisco Peña Gómez y fundador en Santiago del Partido Revolucionario Dominicano-PRD-, partido del cual fue su símbolo y diputado por 5 periodos.
Siendo Procurador fiscal en Santiago fue a quien le correspondió levantar el cadáver de las hermanas Mirabal y su chofer, cuando fueron brutalmente asesinadas por ordenes directa del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina. Ambiorix siempre fue un revolucionario, con una mente progresista y de avanzada, con el cual en compañía de mi esposa Isabel Bonilla, nos correspondió compartir muchos momentos de gran trascendencia en nuestras vidas.
Recuerdo siendo un niño, cuando en 1965 el Coronel Caamaño y un grupo de sus acompañantes fueron atacados en Santiago, por lo que tuvieron que refugiarse en el Hotel Matum, dando inicio a una batalla campal, entre los constitucionalistas y las fuerzas reaccionarias. En esa situación y bajo un fuego cruzado, Ambiorix decidió desafiar el fuego de metralletas, cañones y tanques de guerra que se dirigían al Hotel, y logró llegar donde las fuerzas de Caamaño, salvando su vida milagrosamente, con un carro lleno de agujeros, pero repleto de valor y patriotismo, para acompañar sus compañeros y su líder Caamaño en esa batalla histórica.