Para un político, estar preso es simplemente un ligero cambio de circunstancia. Eso debe ser
así, pienso. Pero no soy político y nunca he estado en la cárcel…Bueno, de lo que sí estoy
seguro es de que nunca dejaré de ser periodista, aunque caiga preso…La cárcel es una
habitación, grande o pequeña, pero con barrotes. La libertad es otra cosa. Esa la llevamos
dentro y es nuestra primera y esencial propiedad humana…Soy libre, diría; luego, existo…Por
eso duele mucho perder uno su libertad, con o sin barrotes. Sólo hay una forma de perder la
libertad: rendirse… (Créanme que es incómodo ponerse el traje de filósofo en una mañana
cargada de sol).
