En la primera entrega, sin ambages, preciso que las redes sociales -dentro de la llamada “modernidad noticiosa”- acostumbran a publicar noticias sin credibilidad que pasan a ser basura. Esto es: Fake News, como dicen los estadounidenses. Y las noticias falsas constituyen un serio peligro para cualquier sociedad.

Cuando se publican noticias que no tienen base, porque llegan al público sin ningún fundamento profesional, acorde con la normativa que marca la verdad noticiosa, mucha gente queda sorprendida (¿?) y hasta llega a culpar a los periodistas por la supuesta falsía de lo que se publica.

Pero ocurre que los periodistas profesionales, que conocen lo que es el ejercicio periodístico responsable y normado por los postulados éticos, realizan una eficaz labor en los medios de comunicación que sí sirven noticias basadas en los hechos reales, sin llevar informaciones “Fake News”. La gran misión del periodismo es que quienes consumen noticias nunca pierdan la credibilidad de lo que publica la prensa.

¿Qué significa tal concepto?

Podríamos postular, con firme criterio, que siempre el público confíe en todo lo que los medios noticiosos reseñan concatenados con los hechos registrados que por su realidad pasan a ser noticias.

En función de lo expuesto, tengo que volver a citar al laureado escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez, (Premio Nobel de Literatura, 1982), quien nos dejó esta categórica opinión: “El periodismo es el mejor oficio del mundo”.

García Márquez, celoso del buen ejercicio del periodismo, decidió fundar una academia que bautizó con el nombre de Escuela para el Nuevo Periodismo Latinoamericano.

Esta escuela, tras su nacimiento, contó con la colaboración de prestigiosos maestros del periodismo y la cooperación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En República Dominicana -e insisto sobre este importante aspecto- la “caterva” de diarios digitales muchas veces no hurgan en la investigación periodística.

Podríamos decir que hasta tienen “algún parecido” a los individuos que nadan en las redes sociales para publicar lo que les venga en ganas porque no tienen ningún criterio profesional de lo que es la función del verdadero periodismo.

Por fortuna, en los periódicos tradicionales dominicanos -los de papel- por la firme disposición de sus ejecutivos, se hacen ingentes esfuerzos para que el ejercicio de nuestra noble profesión no se deje ensuciar de quienes siguen infiltrados en los medios noticiosos.

Pero hay que triplicar los esfuerzos para que, como reza la mítica frase de Gabriel García Márquez, el periodismo siga siendo “el mejor oficio del mundo”.