Es preciso el momento para conocer un poco sobre el arte de hacer política; nos trasladamos a la historia y desde luego el hombre que es un ser social por sus particularidades y necesidades, es imprescindible para él vivir con otras personas. Desde hace miles de años, cuando las cavernas era el refugio del hombre, éste vivía en compañía de otros. La primera sociedad que existió fue la familia, que necesariamente tenía una ordenación típica de un padre, una madre, unos hijos; sin embargo en ese momento se convirtió en el núcleo de la sociedad, siendo en este punto en el que aparece la necesidad de encargar a una persona de dirigir y organizar a las otras; es decir la necesidad de un gobierno.
Con el pasar del tiempo, esas familias se organizaron para ayudarse entre sí, en la recaudación de alimentos y en la defensa de otras familias; a esto de se le llamo tribu, en la cual era necesario escoger a alguien que se hiciese cargo del gobierno, estas organizaciones con el paso de los años, fueron creciendo en población de modo que algunas se unieron con otras para gobernar grupos más pequeños y débiles; de esta forma, el regir a toda la sociedad se hizo cada vez más difícil, ya que, a la muerte del gobernante, se desataba guerras para definir el sucesor; debido a lo anterior es que se comienza a aparecer las dinastía y los linajes, con los cuales el jerarca mayor, antes de morir podía designar a quien había de reemplazarlo en el mando.
Conocemos que en Grecia, la política tuvo una transformación, pues en este país es donde nació la democracia lo que implica que el gobierno no era ejercido por un rey o jefe si no por un consejo que era elegido entre los ciudadanos. Siglos después, los romanos invadieron Grecia y a pesar de que trataron de establecer la democracia como forma de gobierno, ésta termino degenerando en dictaduras.
Ahora nos reubicamos en nuestra época, en nuestra política que es una de más nobles; hacer política implica, nada más y nada menos, que apuntar al logro de una sociedad más justa y solidaria. No es cierto que la “política es sucia” como nos quieren hacer creer los que se benefician con el desinterés el indiferencia de la gente; los sucios son los individuos que se meten en la política para defender intereses que no son los del pueblo; o más repugnante todavía, los que utilizan a la política como medio para enriquecerse, debemos tener siempre presente que se puede hacer política desde la ética y el compromiso por defender a los seres más humildes.
Debemos despertar la inquietud ciudadana para recuperar algo tan indispensable como la comprensión de la política, que en definitiva está presente de una forma permanente en la vida de cada ciudadano, en cualquier latitud, y que, por tanto, en lo que hay que pensar es en generar buenas políticas; a través de la participación. Si algo está mal lo que debemos hacer es cambiarlo para que esto esté bien y no rechazarlo ni alejarse del tema.
Desde mi punto de vista, lo primero que hay que hacer es reivindicar el rol positivo que tiene la gestión política y que no necesariamente lo político es malo.