En reiteradas ocasiones he insistido sobre la complejidad del próximo proceso electoral, ya que no sólo coexistirán tres niveles diferentes de votación, sino que también a nivel de la boleta Congresual los diputados serán electos por el voto preferencial, lo cual en sentido general implica una novedad con todas sus consecuencias.
Para comenzar a comprender lo complejo del sistema, hay que partir de que el Partido que personifica la alianza, el Partido de la Liberación Dominicana, ha realizado acuerdos, pactos y alianzas con diversas fuerzas políticas en diferentes vertientes, los cuales van desde acuerdos generales, hasta alianzas parciales en los niveles B y C.
Esto implica que al pactar el PLD con un partido determinado lo ha hecho en base a puntos específicos, lo cual necesariamente no se aplicará con otras organizaciones. Por ejemplo con el PRD el acuerdo fue total, exceptuando algunas demarcaciones en el plano Municipal, pero con el BIS y la UDC la alianza sólo fue en lo presidencial y con otras fuerzas políticas en la boleta A y territorios específicos para el nivel C y B.
Por ejemplo el BIS lleva candidatos a Senadores en San José de Ocoa y Dajabón, así como candidatos a diputados y Alcaldes en diversos Municipios y Distritos municipales, lo que necesariamente implica algún tipo de confrontación dentro del bloque progresista con el PLD, ya que candidatos aliados en lo presidencial no lo son en lo congresual o municipal.
El caso más ilustrativos lo tenemos en la Provincia María Trinidad Sánchez, donde en el Municipio de Río San Juan, el candidato de la alianza es del PRD, pero también hay dos candidatos de partidos aliados, la UDC y el BIS, los cuales aunque llevan candidatos a Alcaldes diferentes, todos apoyan al Presidente Medina y la boleta congresual de la alianza. Pero al mismo tiempo en el Municipio cabecera de Nagua, el PRD lleva un candidato propio, enfrentando al candidato de la alianza que es del PLD, pero como en los casos anteriores apoyando al presidente Danilo Medina.
Esta situación en algunos lugares ha traído serios inconvenientes, como es el caso de Dajabón y Ocoa, pero es algo que debe manejarse con mucho tacto, porque esas candidaturas están aprobadas por el PLD y el presidente Medina, ya que son el resultado de un acuerdo macro, que tiene como finalidad fundamental, lograr un triunfo arrollador del compañero Danilo Medina.
Quienes no entienden ésta realidad podrán realizar algunas escaramuzas y manifestar cierto nivel de disgusto, pero no tendrán más remedio que aprender a lidiar con ésta realidad y tratar de obtener su victoria con un rival circunstancial, pero que compite con todos sus derechos institucionales y legales. En ninguna situación esos candidatos de partidos aliados pueden ser maltratados, humillados ni acusados de desleales y traidores.
Lo principal, lo fundamental, lo esencial es la candidatura presidencial del compañero Danilo Medina, por lo que todo aquel que aporte a esta causa noble y justa debe ser reconocido, respetado y aceptado, aún pueda constituir un adversario momentáneo y coyuntural. Por eso siempre debe primar la unidad de todos los danilistas hacia una causa común, para continuar con el progreso y la modernidad en República Dominicana.