El agua no es otra cosa que dos moléculas de hidrógeno abrazadas con una molécula de oxígeno. Así de simple, pero a la vez así de complicado. El agua es el elemento fundamental de los seres humanos, los animales y el planeta. Todos sabemos que sin ésta nuestra supervivencia resultaría imposible. Entonces, ¿por qué nos cuesta adquirir el hábito de tomar agua?
Las personas solo pueden sobrevivir unos pocos días sin beber líquidos, ya que el agua es el principal componente del cuerpo (constituye entre el 50 y 70% de nuestras células por lo que su renovación constante resulta imprescindible).
Entre las funciones más importantes encontramos: mantener nuestra temperatura corporal, eliminar las toxinas del cuerpo y transportar nutrientes. Podemos, entonces, concluir que es esencial para poder mantener una buena salud. Aun así, todavía nuestra sociedad –en su mayoría- no ha adquirido el hábito de hidratarse, ya que los líquidos que se pierden a lo largo del día se deben recuperar para garantizar nuestra buena salud y buen funcionamiento vital.
Es sumamente importante ingerir la cantidad adecuada de líquidos diariamente. Lo esperado es tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día, aunque esto varía según la edad, el sexo, el peso y las actividades de cada persona.
Es recomendable consumir agua antes de sentir la sensación de sed, ya que este indicativo se presenta de forma tardía. Una vez las células han perdido agua es que envían el estímulo al cerebro, el cual activará la sensación.
En otras palabras, cuando sentimos sed significa que nuestro organismo ya está en riesgo de deshidratarse, por eso debemos beber agua aunque todavía no tengamos la sensación de necesitarla.
Adquirir este hábito desde temprana edad y mantenerlo a lo largo de toda nuestra vida siempre será importante, puesto que los grupos más expuestos a la deshidratación son los niños, los ancianos y los deportistas.
La sensación de resaca también es producto de la deshidratación del organismo. Por ejemplo, los deportistas deben hidratarse antes, durante y después de realizar el entrenamiento como medida de prevención.
Durante un partido de fútbol, un jugador debería hidratarse frecuentemente (cada 15 minutos y pequeñas cantidades) para que pueda reemplazar los líquidos perdidos con la sudoración. Sin embargo, consumir demasiado líquido durante el ejercicio podría producir sensaciones de molestia en el estómago.
Cuando el deportista se vaya a presentar a una competencia, se recomienda beba una abundante cantidad de líquidos el día anterior para tener una mayor cantidad de agua que le permita estar en mejores condiciones. Esto también puede aplicarlo una persona que saldrá a beber y quiere evitar la resaca.
Podemos medir el nivel de deshidratación según el color y el olor del orine
Por otro lado, aunque podamos reemplazar el agua por otras bebidas que nos permitan mantenernos hidratados, siempre es preferible consumir bebidas naturales, evitar las gaseosas y otras azucaradas que puedan acarrear consecuencias colaterales. Los líquidos también están presentes en frutas y vegetales.
Un dato curioso es que podemos medir el nivel de deshidratación según el color y el olor del orine. Si el color o el olor son muy intensos, la cantidad de líquidos consumidos durante el día no fueron suficientes.
El agua es necesaria, muy necesaria: sin ella no existiría la vida. Pero no todo es beber agua, recuerda que para tener una buena calidad de vida conviene practicar ejercicio habitualmente, una alimentación equilibrada y una actitud positiva ante la vida.