Nueva York.- El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, advirtió ante la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas que el sargazo representa una amenaza directa para la salud, la economía y la estabilidad ambiental del Caribe, por lo que reclamó mayor solidaridad internacional para enfrentar el problema.
“Para los pequeños estados insulares en desarrollo, la triple crisis planetaria, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación ambiental es una amenaza existencial. Esta crisis en el Caribe tiene un rostro concreto: el sargazo», manifestó.
A su juicio, se trata de un fenómeno devastador que afecta «nuestras costas, salud pública y medios de vida. Exigimos solidaridad y justicia climática, que se traduzca en financiamiento accesible, transferencia tecnológica y acciones urgentes para proteger nuestros océanos”, señaló.
Es un fenomeno regional, no un problema local
El Mandatario dominicano señaló además que fenómenos naturales extremos acentúan la fragilidad de la región. “Los huracanes y el afloramiento descontrolado del sargazo nos recuerdan nuestra vulnerabilidad climática”, señaló.
Destacó que República Dominicana avanza en el proceso de ratificación del Tratado BBNJ (Biodiversity Beyond National Jurisdiction), convencida de que la protección de la biodiversidad marina es un compromiso global. “Los mares son fuente de vida, y cuidarlos es cuidar nuestro futuro».
Abinader insistió en que el sargazo no es un problema local, sino un fenómeno regional que requiere cooperación internacional, financiamiento y soluciones científicas que permitan mitigar sus efectos en las comunidades costeras y en la actividad turística, una de las principales fuentes de ingreso del Caribe.
“Haití vive una tragedia humana sin precedentes”
Sobre la situación en Haití, Abinader dijo que ese país vive una “tragedia humana sin precedentes” producto de la violencia extrema, el colapso institucional y el control territorial de numerosas bandas criminales “que aterrorizan a la población”.
“La crisis multidimensional de Haití representa una grave amenaza a la paz y la seguridad para República Dominicana y toda la región”, advirtió.
El mandatario dominicano dedicó una vez más gran parte de su discurso a la situación del vecino país, donde el 80 % de su capital, Puerto Príncipe, está bajo el control de pandillas criminales.
“La única salida para Haití es una acción internacional coherente y sostenida que garantice condiciones mínimas de seguridad y abra paso al más amplio acuerdo democrático y soberano entre los propios haitianos”, dijo.
Recordó que su gobierno y la administración de Donald Trump han clasificado como organizaciones terroristas, y subrayó que esas pandillas “no puede haber negociaciones alguna”.
La Misión Multinacional de Seguridad (MSS), liderada por Kenia, y que surgió en 2023 tras la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, está a punto de vencer en ocho días.
La fuerza policía y militar internacional nació con el objetivo de restablecer el orden público en Haití.
La misión, sin embargo, “aún no ha alcanzado sus obejtivos”, criticó el presidente Abinader, citando la cantidad de efectivos y poco financiamiento como las dos principales barreras.
Por ello, respaldó el proyecto de resolución presentado por Panamá y Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad, basado en la propuesta del secretario general Antonio Guterres, para fortalecer la MSS.
El objetivo, explicó, es lograr “una estructura de mando reforzada, metas claras y evaluables, y el apoyo logístico y operativo de una oficina bajo el mando de Naciones Unidas”.
El mandatario también hizo un llamado urgente a los miembros del Consejo, especialmente a los cinco permanentes, a aprobar la resolución sin demoras, recordando que el mandato de la MSS expira el próximo 2 de octubre y que República Dominicana actúa desde la frontera misma del colapso haitiano.