Sabemos que todo lo que hacemos y deseamos para otros retorna a nosotros, pero no siempre podemos ver eso materializarse de manera casi instantánea, en tiempo real.
Hace tres años, el expresidente Joe Biden y los europeos decidieron destruir la economía rusa, ocurrió lo contrario.
Rusia no solo ganó militarmente la Guerra en Ucrania, su economía va en crecimiento mientras que la europea y la estadounidense se deterioran de manera bien acelerada.
Y parece que todo se desmorona. Klaus Schwab, presidente-fundador del Foro Económico Mundial (FEM) diseñador de todas las iniciativas globalistas, renunció en un fétido escándalo, todavía no explicado. Los globalistas lucen en desbandada, pero pueden estar reagrupándose.
Las economías europeas están en bancarrota. Europa tiene una deuda aproximada de 12 trillones de Euros, equivale a un 87.3% de su Producto Interno Bruto, en Estados Unidos es mucho peor.
Washington tiene una deuda acumulada de unos $37 trillones de dólares, eso representa un 124% de su Producto Interno Bruto, resulta sencillamente inpagable, inmanejable, insostenible y asfixiante.
La economía estadounidense emite feas señales, aumentan el pluriempleo, la inflación y la cantidad de empresas grandes en bancarrota, los inversionistas extranjeros sacan su plata del país. Quedan pocas dudas, estamos viviendo una crisis muy seria.
Iniciando la Guerra de Ucrania, entre el 70 y el 80% del mundo tenía sus reservas monetarias en dólares, hoy solo el 40% las tiene dolarizadas. Además del revés económico, ahora Washington perderá todo su poderío e influencia política mundial.
Los estadounidenses y europeos, literalmente, buscando lana, salieron trasquilados.
El presidente Donald Trump intentó salvar el dólar con sus tarifas arancelarias, solo logró matarlo, pore so reculó.
Sin dinero para guerras imperiales, Washington se retira, Rusia y Ucrania, negociarán la paz, o la rendición, Rusia ganó.
Trump negocia con Irán, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu tendrá que reconocer el Estado Palestino. O seguir haciendo lo de siempre, empujar el mundo a una gran guerra para salvar su pellejo politico.
Esta bancarrota tiene efectos positivos, pronto estallará la paz.