La proclamación de Gilberto Serrulle como candidato a Alcalde por Santiago de los Caballeros, actividad que fue presidida por el Presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas Maldonado, es un precedente que de seguro se repetirá en los Municipios de Santo Domingo Norte, San Cristóbal y La Vega.
Entiendo que este precedente no debe limitarse a las poblaciones más importantes del país, sino que debe convertirse en una realidad en cualquier demarcación, sin importar el número de habitantes que pueda tener, ya que los miembros del Partido de la Liberación Dominicana no tienen porque cargar con candidatos perredeistas con altas tasas de rechazo, teniendo en su seno militantes que pueden garantizar el triunfo de esa organización sin mayores contratiempos.
Las encuestas pueden jugar su rol en un momento determinado, pero en poblaciones pequeñas, ni siquiera son necesarias, pues todos se conocen y sin contar con herramientas científicas, fácilmente pueden determinar el grado de popularidad o impopularidad de un partido o candidato determinado.
Si por complacer caprichos de partidos aliados, se incurre en el error de imponer candidatos rechazados, repudiados e impopulares de esas organizaciones, sencillamente se estarían sentando las bases para que se produzca un movimiento incontenible hacia un tercer o cuarto candidato de un partido opositor.
Simplemente hay que respetar la regla de oro en cualquier alianza o acuerdo, que consiste en que la fuerza mayoritaria debe dirigir ese movimiento unitario, porque de lo contrario, la reacción natural de todo ser humano ante la imposición, es el de el rechazo, la indiferencia e inclusive el voto de castigo.
Seamos cuidadosos y actuemos con la mayor prudencia posible, para evitar que el remedio no sea peor que la enfermedad.