¿Qué se puede esperar en una pequeña isla que tiene en un lado una República y, en el otro,
un Haití que no se sabe qué es: territorio salvaje o remoto proyecto de país hasta ahora
imposible; una república con un Estado más o menos bien organizado, pero Estado al fin, y
en lo otro una forma de vida colectiva sin razón de sí misma; un país legalmente constituido
con un desarrollo superior al resto del Caribe y Centroamérica, y un espacio sobrecargado
de pobreza extrema, sin Gobierno ni nada que se parezca…¡Cuidado!…¡Mucho
cuidado!…A ese territorio sólo lo salvaría una revolución…(Pero lamentablemente en Haití
no hay revolucionarios).
¿Quién salva a Haití?
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